Este lunes se llevó a cabo en El Vaticano la ceremonia de conmemoración de los 40 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina, instancia que fue oficiada por el Papa Francisco, y a la que asistió el canciller de nuestro país, Alberto van Klaveren y el embajador transandino en la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino.

La asistencia del representante diplomático en El Vaticano se da luego de que el Presidente Javier Milei ordenara a su canciller, Gerardo Werthein, a no asistir a la ceremonia, encabezada por el Papa Francisco, por un supuesto “desencuentro” que habría ocurrido en la cumbre del G20 entre Boric y el mandatario argentino.

“Esas circunstancias aconsejaban que no era el momento para hacernos presentes”, manifestó este domingo Werthein.

Durante la jornada se conoció que se habría tratado de la molestia de Milei con Boric en la instancia internacional, donde este último criticó a fondo y se diferenció de su par argentino al exponer sobre el rol del Estado y las medidas económicas, llamando a “generar espacios comunes, en donde haya aspectos de la sociedad que no sean sujetos de negocios”.

Según dio a conocer el medio argentino La Nación, más allá de las diferencias ideológicas, al libertario no le habría gustado percibir gestos de disconformidad del Mandatario chileno cuando le tocó exponer en el plenario de la cumbre.

Las otras razones

Otras causas del desaire del gobierno de Milei apuntarían a que en el gobierno argentino piensan que “el Papa juega políticamente” y no ven casual una mención que hizo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, al evocar un acto similar realizado en 2009 por los 25 años del mismo tratado de paz, con las entonces presidentas de ambos países.

Cabe recordar que Milei durante la campaña electoral que lo llevó a la Casa Rosada, había arremetido contra el Sumo Pontífice, afirmando que este “tiene una gran afinidad con dictadores comunistas”.

En el mismo tenor, el medio transandino cita a un exfuncionario nacional -con reserva de su nombre-, el cual no descarta que la ausencia de Werthein también se haya debido, entre otras razones, a las durísimas críticas del Papa a la represión ordenada por el Ministerio de Seguridad, que encabeza Patricia Bullrich, contra quienes protestaban por el veto a la nueva fórmula jubilatoria, en septiembre pasado. Aquella vez el Papa señaló: “En vez de pagar la justicia social, pagaron el gas pimienta”.

De igual forma, Francisco y Javier Milei han tenido visiones opuestas sobre la guerra en Medio Oriente, entre Israel -aliado estratégico del gobierno argentino junto con Estados Unidos- con los grupos palestinos Hamas y Hezbollah.

Durante el acto, el sumo Pontífice se refirió a la “prepotencia del invasor”, en referencia ineludible al gobierno de Israel y al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin.

Por su parte El Clarín cita una comunicación oficial del presidente argentino, donde este reforzó su posición en el orden internacional al rechazar “tajantemente la reciente decisión de la Corte Penal Internacional, influenciada por la política de emitir órdenes de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu y el ex ministro de Defensa Yoav Gallant”.

En este sentido, se da cuenta de la íntima convicción de Milei hacia Israel, habiendo anunciado hace una semana que firmará un memorándum para combatir “el terrorismo y las dictaduras”, instancia en la que sostuvo “mientras los kirchneristas hacían un memorándum con Irán, nosotros hacemos uno con Israel”.