“Treinta y tres campañas presidenciales, 27 de ellas exitosas”. Con esos números, el exoficial de las fuerzas especiales israelíes, Tal Hanan, presumía de la alta efectividad de sus servicios. Bajo el seudónimo de “Jorge”, él y su equipo proponían a sus potenciales clientes campañas de denigración y de influencia de opinión, con decenas de miles de cuentas falsas en las redes sociales.
Perfectamente podría “no existir”, debido a que “Jorge” no tiene ni página web ni número telefónico. Para llegar hasta él hay que acercarse a una de sus empresas “vitrinas” o contactarse con alguno de sus conocidos. Así lo reveló el miércoles una investigación llevada a cabo por periodistas de Le Monde, El País, Der Spiegel, The Guardian y muchos medios internacionales, los que dieron cuenta de la existencia del “Team Jorge”, liderado por Tal Hanan y que ofrece desde hackeos a cuentas oficiales hasta ejércitos de bots para interferir en la opinión pública.
Aunque no se conocen de momento muchos detalles sobre las elecciones intervenidas, sí se sabe que sus acciones han tocado países tan variados como Canadá, Ecuador, México, Emiratos Árabes Unidos, Zimbabwe y Bielorrusia.
Durante la investigación encubierta, tres periodistas consiguieron cuatro entrevistas con Hanan, fingiendo representar a cierto “millonario de un país africano” cuyo interés era retrasar a toda costa la realización de unas elecciones. El “Team Jorge” habría estado trabajando desde hace dos décadas, indicaron los documentos filtrados a The Guardian.
Uno de los servicios clave del “Team Jorge” era un pack llamado AIMS (Soluciones de Impacto Mediático Avanzado, por sus siglas en inglés), que una vez que se contrataba se tenía acceso a un vasto ejército de miles de perfiles falsos en Twitter, LinkedIn, Facebook, Telegram, Gmail, Instagram y YouTube. Algunas de estas cuentas estaban asociadas a tarjetas de crédito, billeteras de bitcoins, usuarios de Airbnb y de Amazon.
A inicio de 2023, el sistema AIMS manejaba 39.213 profiles falsos consultables en una especie de catálogo, en el que se encontraban usuarios de todas las etnias y nacionalidades, todos los géneros, solteros o en pareja. Los rostros usados correspondían, sin embargo, a retratos robados de otras personas en internet, y sus nombres resultaban de la combinación de miles de nombres y apellidos guardados en una base de datos.
En más de seis horas de entrevistas grabadas secretamente, Hanan y su equipo comentaron los modos en que podían sabotear rivales en internet, hackeando sus cuentas de Gmail y Telegram, y llegando incluso a dar como ejemplo la cuenta de Telegram de un político africano. Pero el método que más detalles consiguió la investigación tuvo que ver con el uso deliberado de ejércitos de bots para difundir información falsa.
En su discurso inicial a sus potenciales clientes, Hanan afirmó: “Ahora mismo estamos envueltos en una elección en África… Tenemos otro equipo en Grecia, otro en Emiratos Árabes… Hemos llevado 33 campañas presidenciales, teniendo éxito en 27″. También mencionó estar envuelto en dos “proyectos mayores” en Estados Unidos, sin por eso estar relacionado directamente en la política norteamericana.
El análisis hecho por los periodistas reveló que la actividad de esta “agencia” se desarrolló también en disputas comerciales en cerca de 20 países, incluyendo el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suiza, Grecia, Panamá, Senegal, México, Marruecos, India, Emiratos Árabes Unidos, Zimbabwe, Bielorrusia y Ecuador. Entre otras disputas, los bots habrían participado en una en California relativa a la energía nuclear, una polémica con el movimiento #MeToo en Canadá, una campaña en Francia con un oficial qatarí de las Naciones Unidas de por medio, y una elección en Senegal, por dar ejemplos.
Aun siendo discreto respecto de quiénes eran sus clientes, Hanan presumió una de sus campañas en 2014, en medio de una consulta en Cataluña, y donde se habrían difundido documentos que relacionaban a los independentistas con el Estado Islámico. De momento, el diario español El País, que forma parte del consorcio de medios investigador Story Killers, no ha publicado un artículo sobre el tema, pero es probable que se publique en los próximos días.
Uno de los clientes latinoamericanos que se han conocido del “Team Jorge” es Tomás Zerón, exjefe de la Procuraduría General de México, y a quien se le considera como uno de los principales responsables de la masacre de Ayotzinapa en 2014, cuando 43 estudiantes fueron desaparecidos por el Estado. Según indica El Salto Diario, Zerón habría utilizado los servicios de Hanan para influir en la opinión pública y hacerse pasar por víctima de un complot del actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Usando los perfiles que les mostró Hanan a sus “potenciales clientes”, periodistas encubiertos, los investigadores pudieron dar cuenta de una red de cerca de 40 mil bots en Facebook y Twitter. La historia del “Team Jorge” es solo una de las que se están trabajando, en el contexto del proyecto Story Killers, que junta periodistas de cerca de 30 medios internacionales para exponer a distintos agentes que difunden información falsa deliberadamente en internet.
El proyecto está coordinado por Forbidden Stories, una organización francesa que también está detrás del “Daphne Project” y “Pegasus Project”. Esta última investigación reveló el espionaje que distintos gobiernos realizaban sobre periodistas, activistas, opositores y empresarios, dando luz también a la existencia del software Pegasus.
En el caso del “Team Jorge”, los encuentros con Hanan se hicieron en cuatro ocasiones: tres vía videollamadas y una en persona, en una oficina sin dirección en un parque industrial a las afueras de Tel Aviv.
En sus casi 20 años de actividad, una de las empresas que se relacionó con el equipo de Hanan fue Cambridge Analytica, la misma a la que se acusó de manipular elecciones, contribuyendo a la victoria de Donald Trump y el triunfo del Brexit. Un mail filtrado por The Guardian muestra que, en 2015, Hanan habría pedido 160 mil dólares a la empresa británica para involucrarse durante las últimas ocho semanas de campaña en un país latinoamericano.