El boletín diario del contraalmirante Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí, es para muchos de sus conciudadanos una fuente de certezas en un país conmocionado desde el ataque lanzado por el movimiento islamista palestino Hamas que dejó más de 1.200 muertos, según las autoridades israelíes. Su declaración de cerca de 20 minutos seguida de una ronda de preguntas es escudriñada con lupa en busca de cualquier indicio de una inconsistencia en su reporte del conflicto con Hamas, una guerra en la que la información tiene un rol preponderante.
Su trabajo actual en el centro de la atención mediática contrasta con su experiencia anterior como comandante de las fuerzas especial Shayetet 13, una unidad naval conocida por sus actividades de sabotaje y lucha antiterrorista. Como vocero, este militar de 47 años enfrenta una misión delicada, ya que por un lado debe tranquilizar a la ciudadanía en Israel y al mismo tiempo tiene que convencer a la opinión pública internacional preocupada por el creciente número de muertos por la ofensiva israelí en Gaza.
“Estos son días difíciles para todos”, afirmó Hagari en su comparecencia del 9 de octubre. “Hay que recordar una cosa: vamos a ganar”. Los expertos afirman que Hagari se convirtió en el rostro de Israel en un conflicto que divide a la opinión pública en todo el mundo.
Hagari “llena un vacío”
Cuando asumió el cargo en marzo, el militar se planteó como objetivo “reforzar la confianza” en el Ejército israelí y reafirmar su “legitimidad internacional”. Esta tarea se complicó tras el ataque de Hamas, que en su asalto tomó como rehenes a cerca de 240 personas. Esta incursión de los milicianos de Hamas, que penetraron una frontera militarizada, lastró la reputación del Ejército israelí.
Muchos críticos acusaron a los dirigentes políticos de un exceso de complacencia en un momento en que Israel estaba paralizado por una crisis constitucional por la reforma judicial que impulsó el primer ministro Benjamin Netanyahu. Hagari “llena un vacío”, según el académico de la Universidad de Tel Aviv, Jerome Bourdon.
Según una encuesta de la Universidad Bar-Ilan en Tel Aviv, un 74% de los israelíes cree que el portavoz del Ejército es la fuente más confiable de información sobre la guerra, en contraste con un 4% que registró el primer ministro en esta evaluación. Pero Bourdon señaló que hay una “brecha” entre cómo son percibidos los mensajes de Hagari en Israel y en el resto del mundo.
“Hay argumentos que parecen válidos aquí que no son creíbles o parecen irrisorios en el extranjero”, indicó. El Ejército israelí no respondió a una solicitud de comentarios sobre Hagari para este artículo.
Mostrar “a los ojos del mundo”
Este mes Hagari volvió a vestirse con el uniforme de combate y condujo un reporte en primera persona desde el sótano de un hospital dentro del territorio palestino. Sus afirmaciones generaron controversia, ya que en un momento dijo que una lista encontrada en la pared era un esquema hecho por los combatientes de Hamas con los turnos para custodiar a los rehenes.
Las imágenes muestran una tabla con fechas, sin ningún nombre. Hagari dijo que quiere mostrar “a los ojos del mundo” que Hamas utiliza “los hospitales de Gaza para esconder infraestructura terrorista”, una acusación reiterada por el Ejército israelí. Para muchos medios internacionales las pruebas presentadas hasta ahora no sustentan estas acusaciones de Israel, en un momento en que Hamas afirma que la ofensiva israelí en Gaza ha provocado cerca de 12.300 muertos, en su mayoría civiles.
El portavoz militar a veces menciona su vida personal en sus comparecencias. Hace dos semanas, en una conferencia de prensa en inglés, contó que tiene un hijo de un año para referirse a la situación de un bebé de diez meses que las autoridades creen que está secuestrado en Gaza. “Es un crimen contra la humanidad”, afirmó con un tono emotivo.
Pero, un antiguo empleado de su despacho advirtió que el rol de un portavoz es limitado. “El portavoz del Ejército es un reflejo de los militares”, dijo al diario israelí Haaretz. “Él no determina la realidad”.