En una Casa Blanca que se perfila cada vez con menos "moderados", el nombramiento de John Bolton el jueves como nuevo asesor de Seguridad Nacional provocó fuertes reacciones por el significado que puede tener su arribo al equipo clave del Presidente Donald Trump.
Con un discurso fuerte, Bolton es visto con recelo por las convicciones que tiene frente a la relación que Estados Unidos debe tener con países como Corea del Norte, Irán, China y Rusia.
Durante el gobierno de George W. Bush, trabajó en el Departamento de Estado y aunque se trate de un detalle, el hecho de que en su mesa de trabajo conservara una granada de mano desactivada sirve para graficar su personalidad y su línea de acción.
Lo bueno de John Bolton "es que dice lo que piensa. Lo malo es lo que piensa", señaló el diario New York Times en su editorial del jueves.
Su llegada se produjo en un momento de cambios drásticos, como la nominación del ex director de la CIA, Mike Pompeo, en reemplazo de Rex Tillerson en la Secretaría de Estado. Según los analistas, estas maniobras confirmarían la tendencia de Trump a rodearse de asesores que piensen parecido a él y no contradigan sus ideas. "Bolton, en particular, cree que Estados Unidos puede hacer lo que quiera sin considerar las leyes internacionales, tratados o compromisos políticos de administraciones anteriores", apunta el diario neoyorquino.
El contexto en que este halcón conservador asume su cargo encuentra a Washington y la comunidad internacional expectantes por un eventual encuentro entre Trump y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un. En su momento, Bolton apuntó a que el régimen comunista norcoreano debería ser atacado para neutralizar la amenaza de que representa su arsenal nuclear.
Bolton además es contrario al acuerdo que desde 2015 mantiene limitadas las capacidades del programa nuclear de Irán y también se ha mostrado partidario de bombardear ese país.
"El acuerdo nuclear de Irán, en mi opinión, fue el peor acto de apaciguamiento en la historia de Estados Unidos", ha dicho Bolton, quien además es recordado por asegurar que Saddam Hussein mantenía escondido un arsenal de armas de destrucción masiva, algo que nunca se comprobó y que sirvió como excusa para la invasión y posterior guerra de Irak, que tras 15 años es vista por muchos analistas como un grave error de Washington.
Otra iniciativa sugerida en 2015 por Bolton es la creación de un Estado sunita, para impedir el avance de Estado Islámico (EI) y limitar la influencia de Irán y Rusia en la región.
En Medio Oriente, Bolton también tiene una postura clara: es partidario del reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y del anuncio de la administración Trump de ubicar ahí la embajada estadounidense, algo que ha provocado fuertes críticas.
El nuevo consejero de Trump también presenta conflictos con la ONU, a la que conoce bien ya que entre 2005 y 2006 fue embajador de EE.UU. ante ese organismo. Según él, "no existen las Naciones Unidas. Lo que hay es una comunidad internacional que ocasionalmente puede ser liderada por el único poder que queda en el mundo y ese es Estados Unidos, en la medida que eso convenga a nuestros intereses y cuando podamos hacer que otros nos sigan".
En Asia, la designación del neoconservador fue tomada con diplomacia por China. A través de su cancillería, Beijing dijo que "no importa quién tome el puesto que sea, la importancia de las relaciones China-Estados Unidos no requiere explicación y nunca cambiará".
Sin embargo, el momento es delicado, ya que Trump anunció recientemente la aprobación de nuevos aranceles a la importación de productos chinos y una ley que alienta a estrechar las relaciones con Taiwán.
Neocon
Bolton tiene una posición intransigente sobre ambos asuntos, al haber dicho que Beijing debe ser denunciado por lo que llamó prácticas desleales sistemáticas en comercio exterior mientras disfruta de los beneficios del mercado abierto estadounidense. Ha exhortado también a repensar las restricciones de los contactos con Taiwán, una democracia insular autónoma que China considera territorio propio.
Pese al nombramiento de Bolton, China espera que Estados Unidos no rompa el acuerdo nuclear con Irán, un tratado que tanto el nuevo asesor de Seguridad Nacional como Trump han criticado con suma dureza.
Japón también fue cauto en su reacción sobre el nombramiento de Bolton, pese a las posibles implicancias que podría llegar a tener en el desarrollo de una eventual nueva política con relación a Corea del Norte por parte de Washington.
En Tokio, el canciller Taro Kono reconoció estar "un poco sorprendido" por el nombramiento de Bolton, pero recordó que "durante mi visita reciente a Estados Unidos, parecía haber consenso entre los miembros del gobierno de Trump. De manera que me parece que no hay grandes cambios en su posición".
Lo que pueda suceder con la llegada de Bolton aún está por verse. Sin embargo, a juicio del New York Times, "hay pocas personas más propensas que Bolton para llevar al país a la guerra. Su elección es una decisión tan alarmante como cualquiera que haya tomado Trump hasta ahora".