Dieciocho cadáveres calcinados, posiblemente de migrantes, fueron hallados el martes en una remota zona rural cerca de Avantas, en el norte de Grecia, donde los incendios forestales llevan ardiendo fuera de control por cuarto día consecutivo, informaron los bomberos.
La región de Evros, en el noreste de Grecia, es una ruta popular para los emigrantes de Medio Oriente y Asia que cruzan desde Turquía hacia la Unión Europea. Las autoridades han informado de un aumento de las travesías este mes.
Según las autoridades, los cadáveres se encontraron cerca de una choza al sur del pueblo de Avantas, cerca del extenso bosque de Dadia. Otro cadáver que se cree que pertenece a un migrante fue hallado el lunes en una zona rural a 40 kilómetros de distancia.
Los hallazgos se dieron mientras vientos huracanados avivaban las llamas en todo el país.
“Dado que no se ha informado de desapariciones ni de residentes desaparecidos en las zonas circundantes, se está investigando la posibilidad de que se trate de personas que entraron ilegalmente en el país”, dijeron los bomberos. “Se está buscando en toda la zona en la que se declaró el incendio”.
A primera hora del martes, decenas de pacientes hospitalizados, incluidos recién nacidos, fueron evacuados en un transbordador mientras cientos de bomberos trataban de contener el incendio que estalló el sábado cerca de Alejandrópolis, cerca de la frontera con Turquía.
El fuego se propagó rápidamente, avivado por fuertes vientos, enviando columnas de humo sobre la ciudad portuaria y tiñendo de rojo el cielo nocturno.
El martes también se declararon incendios cerca de Atenas, donde un incendio en las afueras de la ciudad, en las estribaciones del monte Parnés, quemó viviendas y obligó a los residentes a huir.
Otro incendio sin control azotó a la ciudad industrial de Asprópyrgos. Más de 120 bomberos y nueve aviones luchan contra las llamas cerca de Atenas.
A primera hora del martes, las autoridades dijeron que 65 pacientes del Hospital Universitario de Alejandrópolis habían sido evacuados por precaución a un transbordador en el puerto.
El ferry se convirtió en un hospital improvisado. Los pacientes ancianos yacían en colchones en el suelo de la cafetería, los paramédicos atendían a otros en camillas y una mujer sostenía a un hombre que descansaba en un sofá, con un goteo intravenoso conectado a la mano.
“Llevo 27 años trabajando, nunca había visto nada igual”, dijo el enfermero Nikos Gioktsidis. “Camillas por todas partes, pacientes por aquí, goteros por allá (...) era como una guerra, como si hubiera estallado una bomba”.
Los incendios forestales de verano en Grecia son habituales, pero en los últimos años se han agravado por unas condiciones inusualmente calurosas, secas y ventosas que los científicos han relacionado con el cambio climático.