El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) ha publicado este domingo un prolijo informe en el que justifica el ataque del 7 de octubre como una “respuesta natural” a la situación histórica del pueblo palestino. Sin embargo, el grupo rechaza haber atacado deliberadamente a civiles y reconoce “errores”.
El texto, titulado ‘Nuestra narrativa’, plantea “aclarar” el ataque sorpresa denominado Inundación de Al Aqsa y supone el primer comentario oficial de la organización islamista armada sobre lo ocurrido.
“Era un paso necesario y una respuesta natural frente a todas las conspiraciones israelíes contra el pueblo palestino”, ha destacado Hamas, que sitúa la ofensiva en un contexto histórico de “judaización de las tierras palestinas de la Cisjordania ocupada” y la muerte de “miles de palestinos desde 2000″.
De hecho, sostiene que el ataque era contra el Estado de Israel, no contra los judíos ni por motivos religiosos.
Así, declara que el ataque era contra instalaciones militares israelíes con el objeto de apresara soldados para después utilizarlos para presionar a las autoridades israelíes y lograr la liberación de miles de presos.
Asegura, además, que los milicianos que entraron en territorio israelí solo atacaron a soldados o a personas que portaban armas. Evitar herir a civiles “es un compromiso religioso y moral” del brazo armado de Hamas, las Brigadas Ezzeldín al Qassam, según el texto de 16 páginas.
“Si hubo algún caso de ataques contra civiles fue accidental y durante la confrontación con las fuerzas de ocupación”, ha subrayado.
“Quizás se cometieron algunos errores” durante el ataque “debido al rápido desmoronamiento del sistema de seguridad y militar israelí y por el caos que se generó en las zonas cercanas a Gaza”, ha argumentado la organización. Hamas asegura asimismo que “el ejército y la policía israelíes mataron a muchos israelíes debido a la confusión”.
Por ello pide que el Tribunal Penal Internacional (TPI) investigue “todos los crímenes cometidos en la Palestina ocupada”. De hecho, insta a la Fiscalía del TPI a iniciar “de inmediato” una investigación.
El documento se refiere a lo que ocurrirá tras la guerra. “El pueblo palestino tiene la capacidad de decidir su futuro y resolver sus cuestiones internas”, por lo que “nadie” tiene el derecho a decidir en su nombre, ha destacado. Así, insta a Israel a retirarse de la Franja de Gaza.
Unas 1.200 personas murieron en el ataque de las milicias palestinas del 7 de octubre, 700 de las cuales eran civiles. Otras 240 personas fueron secuestradas, de las cuales un centenar fueron liberadas durante la tregua de siete días de noviembre a cambio de cientos de presos palestinos.
La respuesta israelí ha sido una ofensiva militar contra la Franja de Gaza en la que han muerto más de 25.000 personas, más de la mitad civiles, según el balance palestino.