Las alas armadas de Hamas y la Yihad Islámica reivindicaron el lunes la explosión de una bomba cerca de una sinagoga en Tel Aviv, que la policía israelí y la agencia de inteligencia Shin Bet calificaron de ataque terrorista.
Un hombre que portaba la bomba murió y un transeúnte resultó herido en el incidente ocurrido a última hora del domingo, según informó la policía en el lugar de los hechos.
En su comunicado, las brigadas añadieron que sus “operaciones de martirio” dentro de Israel volverían al primer plano mientras “continúe la política de masacres y asesinatos de la ocupación”, en alusión a la ofensiva israelí en Gaza y al asesinato el 31 de julio del líder de Hamas, Ismail Haniye, en Teherán.
Israel no ha reivindicado, ni desmentido, la muerte de Haniye en la capital iraní.
La guerra en Gaza comenzó el 7 de octubre del año pasado, cuando hombres armados de Hamas irrumpieron a través de la frontera en comunidades israelíes, matando a unas 1.200 personas y secuestrando a unos 250 rehenes, según los recuentos israelíes.
Desde entonces, la campaña militar israelí ha arrasado amplias zonas de la Franja de Gaza y ha matado al menos a 40.000 personas, según las autoridades sanitarias del enclave.
La explosión del domingo en Tel Aviv se produjo aproximadamente una hora después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, llegara a Tel Aviv para impulsar un alto el fuego en Gaza que ponga fin a la guerra de 10 meses entre Israel y Hamas.
La urgencia por alcanzar un acuerdo de alto el fuego ha aumentado ante el temor de una escalada en toda la región. Irán ha amenazado con tomar represalias contra Israel tras el asesinato de Haniye.