El secretario general del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Naim Qasem, pidió este sábado a las nuevas autoridades sirias, representadas principalmente por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham, que se levanten en armas contra Israel, que ahora mismo ocupa la zona desmilitarizada de los Altos del Golán y ha lanzado ataques aéreos en varios puntos del país para destruir arsenales abandonados por el antiguo régimen del depuesto expresidente Bashar al Assad.
Hezbolá participó en la guerra civil de Siria como aliado de Al Assad junto a Rusia e Irán (el gran aliado a su vez de las milicias libanesas), pero el conflicto contra Israel en Líbano llevó al grupo a centrarse en los combates contra el Ejército israelí.
Este abandono, junto al de Rusia por la guerra de Ucrania, facilitó enormemente la ofensiva yihadista y rebelde que acabó el domingo con la toma de la capital siria, Damasco, y la puesta en fuga de Al Assad y su familia, ahora en Rusia.
En esa situación, Qasem indicó que la situación en el país sigue siendo enormemente caótica y se ha abstenido de “emitir juicios” sobre estas nuevas autoridades - que han prometido una transición inmediata y tendido la mano a Rusia e Irán - “hasta que se estabilicen y adopten una posición clara”.
Sobre Israel, Qasem pidió que “el nuevo régimen en Siria considere un enemigo” al ejército israelí y “no se conforme con su presencia” en territorio sirio.
Por otro lado, el líder de Hezbolá confirmó que la caída del régimen de Al Assad representa la pérdida del “suministro militar” de la organización libanesa “a través de Siria”, aunque restó importancia a este “detalle”.
“La resistencia es flexible y lo importante es su continuidad”, añadió antes de opinar que la situación actual en Siria “no debería tener efecto alguno” en Líbano más allá de lo comentado y trasladó su deseo de que Siria “consiga la estabilidad en concordia con los deseos de su pueblo”, según su discurso, recogido por la cadena Al Mayadeen.