Historiadora y antropóloga, Lilia Schwarcz es considerada una de las intelectuales más respetadas de Brasil. Profesora de la Universidad de Sao Paulo y cofundadora de la editorial Companhia das Letras, es autora, entre otros libros, de Brasil: una biografía (2015), el que coescribió con la historiadora y cientista política Heloisa Murgel Starling. Antes de tomar un vuelo a Buenos Aires, Schwarcz se dio tiempo para entregar a La Tercera su visión del complejo escenario abierto tras las dramáticas elecciones presidenciales del domingo pasado.

La segunda vuelta parece ser un mero trámite para Bolsonaro. ¿O estima que Haddad puede revertir esta tendencia?

No creo que sea un trámite. Me parece muy difícil, pero no imposible. El tercer colocado, Ciro Gomes, ya dio señales a favor de una coalición. Marina Silva y Gilherme Boulos también. El movimiento "El No" ganó muchos seguidores y hasta ahora era suprapartidario y contra Bolsonaro. Todo va a depender de que Fernando Haddad haga una autocrítica en nombre del partido, muestre que no es un muñeco de Lula (y él probó como alcalde de Sao Paulo y Ministro de Educación en los gobiernos de Lula y Dilma que no lo es) y ser capaz de hacer una coalición de sectores democráticos del país. El antipetismo es muy fuerte y Haddad heredó mucho rechazo, pero todo dependerá ahora de la capacidad de articulación que él muestre. Pienso también que Bolsonaro tiene una posición difícil en relación al debate entre presidenciables. Su médico ya ha dicho que está liberado. Si va, puede ser derrotado por Haddad que es más preparado y tiene un plan de gobierno. Si no va, puede ser acusado de cobarde. Son tres semanas. Creo que hay mucho que observar.

Varios analistas reiteran que uno de los riesgos con Bolsonaro es que no se sabe lo que piensa. ¿Es así? ¿Existe una idea de cuáles serían sus prioridades?

Bolsonaro y su "comité de estrategia" no tiene proyectos a favor; sólo contra. Contra la inseguridad, contra la corrupción, contra la violencia. Pero no hay propuestas para la salud, y en lo que se refiere a la educación, el plan es la enseñanza a distancia, con la justificación que es más barata y será contra el marxismo (sic). Las prioridades de él son el armamento, una nueva Constitución (escrita por candidatos no elegidos) y punto. No hay de hecho un proyecto de gobierno. Su campaña fue hecha sobre la base de las fake news, y de mucha promesa imposible de cumplir.

Hasta antes de que la justicia electoral inhabilitara su candidatura, Lula tenía un 39% de apoyo. Haddad, sin embargo, obtuvo 10 puntos menos. ¿Esto se debe a un problema con las características personales del candidato o la respuesta al anti-petismo?

Yo diría que Lula demoró demasiado para "hacer" a su candidato. Con eso Haddad tuvo muy poco tiempo para afirmar su imagen nacionalmente. Es cierto también que cuanto más Haddad se consolidaba en la segunda posición más crecía su rechazo, sobre todo marcado por el anti-petismo. Todo este ambiente no es nuevo. Desde el impeachment de la Presidenta Dilma, y luego con la radicalización de la Operación Lava Jato el ambiente ya venía mostrando una evidente polarización.

Bolsonaro es un nostálgico de la dictadura y tiene como héroe al coronel Carlos Alberto Brillante Ustra, jefe de la agencia inteligencia de ese periodo. ¿Por qué casi la mitad del electorado pareció ignorar eso?

Este tono "nostálgico" es una fantasía de un pasado que nunca existió. Un pasado ordenado, sin violencia y próspero. Nada de eso ocurrió. La dictadura entregó un Estado fallido y con una inflación galopante y fue absolutamente violenta: mató, torturó, hizo desaparecer cuerpos.