Hace un par de días se cumplió un año desde que los primeros residentes de un hogar de ancianos en Estados Unidos murieron por Covid-19, debido a un brote a las afueras de Seattle. Tras eso, la cantidad de positivos en instalaciones similares solo aumentó, llegando a representar más de un tercio de las muertes por coronavirus, según una base de datos de The New York Times.

El número de muertes dentro de los asilos incluso ha sido materia de debate en el país, a raíz de la polémica que envuelve la administración del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que está siendo investigada por un presunto subregistro del Departamento de Salud relacionado a la cantidad de defunciones, tras una declaración de su asistente principal, quien admitió que el estado había retenido los datos de muertes en hogares de ancianos porque temía una investigación por parte de fiscales federales, según The Washington Post.

El aumento presentó un panorama sombrío en el país más afectado por la pandemia -con más de 534 mil muertes y 29,5 millones de casos acumulados-, que aqueja gravemente tanto a los residentes, más susceptibles a presentar síntomas graves debido a la edad, como a los empleados que trabajan en los más de 31 mil centros de cuidados de larga estadía del país.

Pero eso cambió. Hoy, el número de casos de coronavirus en hogares de ancianos está en su nivel más bajo desde mayo, cuando los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid empezaron a exigir recuentos semanales.

Desde diciembre -cuando se alcanzó el peak de casos registrados en los asilos estadounidenses- el número de positivos empezó a caer drásticamente: si en Navidad los recuentos semanales superaban los 33.000, durante la segunda semana de febrero solo se reportaron 3.505 casos, una caída de casi un 89%, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.

Con respecto a las muertes, semanalmente han caído un 66% desde fines de diciembre, asegura un informe de la Kaiser Family Foundation. A la fecha, más de 172 mil residentes de centros de atención de larga estadía han muerto en Estados Unidos, según el COVID Tracking Project, que recoge datos de los 56 estados del país.

Dos expertas hablaron con La Tercera para descifrar la razón de la baja de casos y muertes de Covid-19 en asilos estadounidenses. Ambas coinciden en que la vacunación juega un rol fundamental.

“Los residentes en hogares de ancianos son a menudo personas mayores que viven en lugares cerrados y en entornos comunitarios”, explica a este medio la doctora Talia Quandelacy, epidemióloga y profesora asistente en la Escuela de Salud Pública de Colorado. “Cuando pones los dos factores juntos, puede haber una gran cantidad de personas infectadas en poco tiempo y experimentar una morbilidad y mortalidad sustanciales”, dice.

La experta explica que la baja de casos en los hogares se relaciona a la vacunación tanto de los empleados como de los residentes, ambos grupos prioritarios según el calendario de inoculación del país, que en su caso empezó a ejecutarse a fines de diciembre.

“Dado que la priorización de las vacunas se ha centrado en las poblaciones de mayor edad y los trabajadores de la salud, esto ha ayudado a proteger a ambos grupos de contagiarse, y si se infectan, de reducir la gravedad de la infección”, comenta Quandelacy. A la fecha, aproximadamente 4,5 millones de residentes y emplea nos han recibido una dosis de la vacuna, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. De ellos, a 2,2 millones ya se les aplicó su segunda dosis.

Además de la vacunación prioritaria, la doctora Sheria Robinson-Lane, gerontóloga y profesora asistente en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Michigan, adjudica la baja de casos y muertes en los asilos a la mayor comprensión de la pandemia que se tiene hoy en comparación con mayo, cuando se empezaron a contabilizar los casos.

“Tuvimos una mejor comprensión del virus y cómo hacer la cuarentena. Muchos asilos crearon instalaciones que eran específicamente para pacientes Covid positivo, para que no fueran reintegrados a la población regular hasta que estuvieran más libres del virus”, explica la doctora a La Tercera. “Fue como una cuarentena separada para esas personas. Creo que la combinación de esfuerzos marcó la diferencia”, opina.

Para la gerontóloga, la vacunación del personal que trabaja en las instalaciones fue fundamental para la disminución de casos y muertes. “Estas personas son las que tienen mayor riesgo de exposición. Los adultos mayores que se encuentran en las instalaciones no están cerca de otras personas, sino entre ellos. Pero cuando hay un trabajador que entra y sale de las habitaciones, incluso con las mejores precauciones, se facilitará la propagación”, explica Robinson-Lane.

En ese sentido, un estudio reciente del Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad que analizó las tasas de infecciones entre el personal de los hogares de ancianos y los residentes, llegó a la conclusión de que ambos grupos se contagiaron en tasas similares, siendo la de los residentes un poco superior, cuenta Quandelacy,

Ambas expertas coinciden en que hay que estar atentos a los datos para poder evaluar los patrones de infección una vez que todos los residentes y trabajadores de los asilos estén vacunados con ambas dosis.

“Creo que en el futuro vamos a seguir viendo que los casos en general disminuyen”, afirma Robinson-Lane. Sin embargo, advierte que es posible que más adelante surja un “pequeño bache”, debido a la relajación de la población con respecto a las medidas sanitarias, como el lavado de manos y la distancia social.

No solo en EE.UU.

España también vivió una importante baja en el número de contagios de coronavirus en las residencias de ancianos. Según datos publicados este martes por el gobierno español, el número de positivos disminuyó de 4.439 casos la semana del 18 de enero, a 215 la semana del 15 de febrero, es decir un 95% menos.

Con respecto a las muertes, hubo una significativa caída de 673 a 157.

Los datos del gobierno muestran que 86.219 adultos mayores se han contagiado desde el inicio de la pandemia en los más de 5.400 hogares de ancianos existentes en España.

Al igual que en Estados Unidos, los expertos atribuyen esta baja de contagios a la vacunación iniciada a finales de diciembre.

En el caso de Francia, cuya población históricamente ha sido reticente a las inoculaciones, aproximadamente la mitad de los empleados que trabajan en hogares de ancianos no quieren vacunarse, destaca Reuters.