John Hinckley, que en 1981 hirió al entonces presidente de Estados Unidos Ronald Reagan y a otras tres personas en un intento de asesinato, fue puesto en libertad sin condiciones este miércoles en cumplimiento de la orden de un juez federal.
Hinckley había recibido la libertad condicional a tiempo completo en 2016 tras 30 años en un hospital psiquiátrico de Washington y había vivido con su madre en Virginia hasta su muerte el año pasado.
Un jurado lo había declarado inocente por razón de locura en su juicio de 1982, lo que llevó al Congreso y a algunos estados a aprobar leyes que restringen el uso de la locura como defensa.
“Después de 41 años 2 meses y 15 días, ¡¡¡Libertadad por fin FIN!!!”, dijo Hinckley, de 67 años, en su cuenta de Twitter este miércoles por la tarde.
En septiembre, el juez federal Paul Friedman dictaminó que Hinckley estaba “mentalmente estable”, que había cumplido con los términos de su libertad condicional, que había limitado sus viajes y el uso de internet, y que debía concedérsele la libertad incondicional.
Los médicos que examinaron a Hinckley dijeron al tribunal que el riesgo de que cometiera actos de violencia era remoto, y los fiscales federales estuvieron de acuerdo. La hija de Reagan, Patti Davis, se opuso a la liberación.
Reagan se recuperó rápidamente después de ser operado de un pulmón perforado tras el ataque de Hinckley a la salida de un hotel de Washington, pero su secretario de prensa Jim Brady quedó con una discapacidad permanente y años después murió.