El gobierno de Hong Kong anunció el miércoles que prohíbe la llegada de pasajeros en vuelos procedentes de ocho países y puso en marcha otras restricciones con el fin de intentar frenar la propagación de la variante Ómicron.
La prohibición afecta a los vuelos procedentes de Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, India, Pakistán y Filipinas. “Los pasajeros de estos países no tendrán autorización de aterrizar en Hong Hong y las personas que hayan estado en estos países no podrán tomar vuelos a Hong Kong”, aunque se trate de una escala en el territorio, dijo la jefa del ejecutivo Carrie Lam a la prensa.
Entre las medidas anunciadas el miércoles en Hong Kong está también la prohibición de eventos multitudinarios y el cierre de 15 tipos de comercios, entre ellos los bares, discotecas, gimnasios y centros de belleza. También estará prohibido cenar dentro de un restaurante a partir de las 18h.
Hong Kong, al igual que China continental, ha optado por una estrategia “cero Covid-19” que consiste en aplicar una larga cuarentena a cualquier persona que entre en el territorio y un severo aislamiento para los enfermos y sus contactos.
Estas medidas han hecho que esta ciudad de 7,5 millones de habitantes registre solo unos 12.000 casos de Covid-1 y 213 muertes desde el inicio de la pandemia, pero para ello, este centro de las finanzas mundiales ha tenido que pagar el precio de un costoso aislamiento internacional.
Hace algunos días un pequeño foco de contagios por la variante Ómicron se detectó en un restaurante y provocó un rastreo fulgurante de los contactos y una campaña masiva de pruebas de diagnóstico.
Según Lam, las autoridades sanitarias creen que la nueva variante puede estar propagándose silenciosamente por la ciudad.
“Hemos detectado casos cuyo origen ha sido identificado pero no hemos podido trazar el camino de la transmisión”, dijo la responsable.