La ONG Human Rights Watch (HRW) solicitó el levantamiento de las restricciones al acceso a Internet así como también poner fin al acoso y amenazas que están sufriendo los periodistas en Myanmar, tras el golpe de Estado ocurrido el pasado 1 de febrero.

Durante el golpe y la declaración de estado de alarma durante un año, se cortaron todas las transmisiones a excepción de la del canal de televisión controlado por los militares. Además, desde el pasado jueves, el Ejército ha ordenado el bloqueo de redes sociales porque se estaban realizando campañas que estarían “perturbando la estabilidad del país”.

Según el director para Asia de HRW, Brad Adams, el “apagón de noticias e información” esta permitiendo ocultar los arrestos llevados a cabo por los líderes golpistas.

Los militares deben liberar de inmediato a los arrestados, restablecer el acceso a la información en Internet y proteger el derecho a la libre expresión”, exigió Adams.

Asimismo, la organización indicó que varios periodistas de Myanmar han recibido amenazas y temen por su seguridad. Además, ha subrayado que estos les han informado sobre “amenazas creíbles de una represión inminente y generalizada contra los trabajadores de los medios de comunicación”.

La ONG ha considerado que los proveedores de servicios de Internet deben velar por los derechos de acceso a los servicios de esta red.

El Ejército de Myanmar se ha involucrado en una toma de poder descarada que, si no se revierte, hará retroceder la democracia y la protección de los derechos humanos durante una generación”, concluyó Adams.

La organización recordó que la Comunidad Internacional condenó el golpe de Estado de los militares y las detenciones de los principales líderes y miembros del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia (NLD), entre ellos el arresto de la líder “de facto” del país, Aung San Suu Kyi, así como las de varios funcionarios y activistas.

La Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP) en Myanmar dijo que 133 funcionarios fueron arrestados al inicio del golpe y también 14 activistas”, a lo que se suman otras detenciones de manifestantes en días posteriores, según el comunicado de la ONG.

El golpe fue ejecutado tras las recientes tensiones a raíz de las elecciones generales en noviembre, en las que se impuso de forma aplastante la NLD y tras las que tanto la oposición como el Ejército han denunciado posibles irregularidades.