Una vez más, Hunter Biden, el hijo del Presidente estadounidense Joe Biden, se encuentra bajo los reflectores. Este miércoles, se declaró no culpable de delitos tributarios menores cuando un acuerdo con fiscales federales quedó sin efecto en un tribunal de de Wilmington, en Delaware.
El acuerdo con la fiscalía por el que el único hijo (varón) vivo de Joe Biden iba a declararse culpable de dos delitos fiscales menores para evitar ser condenado por un cargo más grave, la posesión ilegal de un arma en su etapa de adicto a las drogas, encalló luego que la vista, presidida por la jueza Maryellen Noreika -nombrada por el entonces presidente Donald Trump-, aplazara la decisión sobre el acuerdo alcanzado con la acusación el mes pasado.
Se enfrentaba a hasta 12 meses de prisión por cada cargo fiscal y a un posible máximo de 10 años y porque habiendo consumido drogas había comprado ilegalmente un arma de fuego en 2018.
Las dudas de la jueza sobre el alcance de la inmunidad y la petición de información más detallada a las partes dejó momentáneamente en el aire la solución de un caso con una derivada política clara: su utilización por los republicanos como arma arrojadiza contra el presidente, destacó el diario El País.
Según la agencia EFE, Hunter Biden, de 53 años, retiró su declaración de culpabilidad al no tener garantizado que se pueda librar de todos los cargos que se le imputan ni lograr el pretendido blindaje contra el delito más grave. Noreika pidió a las partes que introdujeran cambios en el documento inicial.
Hunter Biden, que ha sido objeto de críticas por parte de los republicanos durante mucho tiempo, es investigado a nivel federal desde el año 2018. A pesar del acuerdo de culpabilidad original, sus críticos siguen en pie de lucha. El expresidente Trump calificó los cargos como “una mera ‘multa de tráfico’”, agregando que “el sistema está roto”. Trump y sus aliados han sostenido por largo tiempo que el abogado y lobista formado en la universidad de Yale ha estado involucrado en corrupción, especialmente en sus negocios extranjeros en China y Ucrania a principios de la década de 2010, cuando su padre era vicepresidente.
Según medios estadounidenses, el acuerdo se cayó después de que Noreika preguntó por qué se incluía la posesión de armas en un caso fiscal, y además quiso saber si el acuerdo protegía a Biden de cargos que pudieran surgir de una investigación más amplia sobre sus negocios.
Así, la jueza obligó a introducir un matiz antes de aprobarlo. Para los abogados de Biden, el acuerdo tendría que haber terminado con las investigaciones, pero Noreika se negó a que eso ocurriera. Según la cadena CNN, el acuerdo inicial será reemplazado por otro de alcance más limitado, cuyos términos aún se desconocen.
Al menos temporalmente, la investigación de un año sobre los tratos comerciales del hijo de Biden continuará abierta. Hunter había sido acusado de dos delitos fiscales menores por no pagar más de US$ 100.000 en impuestos de más de US$ 1,5 millones en ingresos tanto en 2017 como en 2018. Hasta hace poco, había llegado a un acuerdo con los fiscales, que planeaban recomendar dos años de libertad condicional.
El mes pasado, Biden fue acusado de posesión de un arma de fuego por una persona conocida como consumidora de drogas, un delito grave: habría tenido un revólver Colt Cobra .38 Special durante 11 días en octubre de 2018.
Noreika dijo que estaba preocupada por el “lenguaje del acuerdo de culpabilidad” y sugirió que los abogados se reunieran nuevamente y lo discutieran. “Creo que hacer que hablen más tiene sentido”, señaló. Los republicanos habían argumentado que Biden estaba recibiendo un trato preferente en el caso.
Desde el año 2018, la investigación liderada por el fiscal federal de distrito de Delaware, David Weiss, designado por el entonces Presidente Trump, ha indagado posibles delitos como lavado de dinero y lobby para gobiernos extranjeros. En el tribunal se ha mencionado la posible violación de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros.
El Presidente Biden ha respaldado públicamente a su hijo en sus luchas personales y públicas. La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, señaló el miércoles que Hunter Biden era “un ciudadano particular. Era una cuestión personal”. El caso fue “manejado de forma independiente por el Departamento de Justicia bajo la dirección de un fiscal nombrado por el presidente Trump”, agregó. “El presidente y la primera dama quieren a su hijo y le apoyan mientras sigue reconstruyendo su vida”, subrayó Jean-Pierre.
La vida de Hunter ha estado marcada por sus luchas contra las drogas. A diferencia de su padre, quien es abstemio, Hunter comenzó a beber desde la adolescencia y admitió abusar de la cocaína en su etapa universitaria. A lo largo de los años, ha ingresado repetidamente a centros de rehabilitación para enfrentar su adicción.
La muerte de su hermano mayor, Beau, en 2015 debido a un cáncer cerebral, lo afectó profundamente, llevándolo a un consumo excesivo de alcohol y aislamiento. Su hija Naomi compartió en redes sociales que ambos eran inseparables, unidos por un vínculo inquebrantable.
Su vida amorosa tampoco ha estado exenta de controversia. Durante su divorcio en 2017, se revelaron gastos excesivos en drogas, alcohol, prostitutas y regalos para mujeres con las que tuvo relaciones sexuales, dejando a su familia con dificultades financieras. La ruptura matrimonial se produjo en medio de una intensa lucha contra la adicción a las drogas, algo que su exesposa, Kathleen Buhle, describió como “desgarrador y doloroso”.
Hunter también tuvo un hijo con una stripper, Lunden Alexis Roberts, y fue demandado para establecer la paternidad. La prueba de ADN confirmó su relación biológica y legal con el niño, por lo que ahora paga manutención para sus hijos.
Además, Hunter inició una relación con Hallie Biden, la viuda de su hermano Beau, después de compartir un “dolor muy específico” por la pérdida. Posteriormente, tuvo un matrimonio relámpago de seis días con la cineasta sudafricana Melissa Cohen, con quien ahora tiene un hijo.