"Si aún no te has ido, debes irte ahora. Se está acabando el tiempo". Ese fue uno de los últimos llamados para evacuar que emitió el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster. Esta advertencia se sumó a otras para abandonar lo antes posible las ciudades costeras en Carolina del Norte, donde el huracán Florence tocará tierra en las próximas horas, en una de las tormentas más fuertes en la costa este desde 1954. A pesar de que el huracán bajó esta madrugada a Categoría 1, anticipó su llegada con fuertes lluvias y vientos de entre 62 y 117 km/h, pero desataría su furia con vientos que superarían los 168 km/h y eso solo sería el comienzo.

Durante la tarde de ayer, Florence, el "gran huracán", estaba a 160 kilómetros al este-sureste de Wilmington, Carolina del Norte, aunque en las últimas horas bajó su velocidad y se estaba moviendo lentamente para tocar tierra en las Carolinas durante la madrugada. Sin embargo, los expertos sostienen que el huracán podría cambiar de ruta.

"Cuanto más grande y más lenta es la tormenta, mayor es la amenaza y el impacto, y tenemos eso", señaló Ken Grahan, director del Centro Nacional de Huracanes. La entidad sostuvo que el diámetro de los vientos con fuerza de tormenta tropical era de casi 643 kilómetros y podrían llegar a más de 300 kilómetros por hora. Esto provocaría marejadas que se elevarían hasta 3,9 metros.

Según CNN, la peligrosidad de Florence radica en las marejadas ciclónicas, inundaciones en las costas y las fuertes precipitaciones que serían implacables porque cubrirían una gran área. El meteorólogo Ryan Maue sostuvo a CNN que para cuando Florence finalice habrá descargado 37 billones de litros de agua lluvia en Carolina del Norte, lo que sería suficiente para llenar más de 15 millones de piscinas olímpicas.

La cadena televisiva señaló que las muertes por inmersión representan más del 75% del total de las víctimas relacionadas con huracanes en Estados Unidos desde 1963 a 2012.

Según los especialistas, lo más peligroso y destructivo de Florence serían las marejadas y las lluvias. Así, podrían verse inundadas grandes extensiones de tierra.

Más de un millón y medio de personas recibieron la orden de evacuar sus casas, especialmente en Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia. En 1989 el huracán Hugo golpeó ambas Carolinas y los daños ascendieron a US$ 7.000 millones y se perdieron 3.300 casas.

Hospitales evacuados

Durante la tarde de ayer, 22.000 pacientes de hospitales de Carolina del Sur fueron evacuados. Según CNN, hasta ese momento, los refugios habilitados en Carolina del Sur tenían apenas un 12% de disponibilidad. Las autoridades informaron a los residentes que debían llevar frazadas, almohadas, medicamentos y documentos de identificación. También se dispusieron cuatro refugios que admiten mascotas. Hasta la noche, más de 70.000 clientes de Carolina del Norte se encontraban sin electricidad.

En la zona que podría verse directamente afectada por el impacto de Florence viven 10 millones de personas (Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia). Alrededor de 5,2 millones de residentes viven en zonas de advertencia por huracanes y 4,9 millones residen en lugares cubiertos con avisos ante tormentas tropicales.

"Los llamamos desastres porque rompen cosas. La infraestructura se va a romper, la energía se va a apagar, pero vamos a hacer todo lo que podamos para avanzar tan rápido como sea posible para que las cosas vuelvan a funcionar", señaló Brock Long, director de Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) en una conferencia de prensa.

Según el diario The Washington Post, el Pentágono señaló que tiene áreas cercanas al huracán "literalmente rodeadas" y que desplegaron 7.000 efectivos, incluidos 4.000 miembros de la Guardia Nacional. Además, hay más de 700 especialistas en búsqueda y rescate preparados para responder ante una gran emergencia en Carolina del Sur. Las Carolinas, Georgia, Virginia, Maryland y Washington DC declararon alerta ante la magnitud del huracán, según la BBC.

¿Desastre ambiental?

Florence también podría provocar un desastre ambiental debido a que podría golpear en vertederos que contienen desechos industriales, de ganadería y de minería de carbón. Debido a la amenaza, la planta nuclear Duke Energy señaló que cerraría dos reactores nucleares de la planta en Brunswick, a seis kilómetros de Southport, en la costa de Carolina del Norte. Ello, a pesar de que las plantas resistirían vientos de más de 321 kilómetros por hora.

"Me acaban de informar sobre el Huracán Florence. FEMA, equipos de emergencia y fuerzas de la ley están abastecidos y listos. ¡Estamos contigo! ", señaló a través de Twitter, el Presidente norteamericano Donald Trump.

Los organismos de emergencia están cuestionados tras la catástrofe provocada por el huracán María en Puerto Rico, en septiembre pasado. En medio del temor a Florence y la controversia por el número de fallecidos en Puerto Rico, Trump dijo que no habían fallecido 3.000 personas por María y que esa cifra fue inventada por el Partido Demócrata "para hacerme quedar tan mal como sea posible". Aquello le valió duras críticas.

Florence será la prueba de fuego para el gobierno de Trump en esta materia, especialmente después de que esta semana señalara que la gestión en Puerto Rico tras el huracán María fue un éxito, lo que provocó duras críticas por parte del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló.