Las autoridades de Estados Unidos notificaron la muerte de casi 210 personas tras el paso del huracán “Helene” por seis estados desde que tocó tierra en las costas de Florida hace una semana y durante la cual ha dejado a más de 1,3 millones de estadounidenses sin energía, convirtiéndose en el segundo más mortífero de los últimos 50 años en territorio norteamericano.
El estado más afectado por las muertes es el de Carolina del Norte, que ha registrado más de 98 decesos, seguido de Carolina del Sur con 41, Georgia con 33, Florida con 19, Tennessee con 15 y Virginia con dos, según informó la cadena de televisión estadounidense NBC News.
Tanto el Presidente Joe Biden, como la vicepresidenta, Kamala Harris, han visitado algunos de los territorios afectados y anunciaron en la víspera el despliegue de un millar de militares adicionales en Carolina del Norte -en total hay unos 6.000 efectivos en los seis estados afectados- para participar en tareas de entrega de ayuda como comida o agua en las comunidades que han quedado incomunicadas.
De igual forma, el gobierno estadounidense ha aprobado la declaración de desastre para Carolina del Norte, Florida y Georgia, lo que se traducirá en la entrega de más ayuda a nivel federal. En apenas 48 horas, amplias zonas del sureste de Estados Unidos quedaron irreconocibles tras los fuertes vientos e inundaciones. Las comunidades quedaron aisladas cuando el agua arrasó cientos de carreteras, edificios, viviendas y vehículos.
Con estas cifras, “Helene” se ha convertido en el segundo huracán más mortífero que ha azotado el territorio continental de Estados Unidos en los últimos 50 años, después del huracán Katrina, que mató a 1.833 personas en 2005.
Entre tanto, otro huracán, Kirk, continúa este jueves su desplazamiento sobre el Atlántico sin previsiones de que cause daño en tierra.