La Conferencia Episcopal de Bélgica se refirió el viernes al escándalo sobre robo de bebés al interior de la Iglesia católica, ocurrido entre 1945 y 1980 en ese país. “Repetimos las excusas presentadas en 2015 y pedimos que se lleve a cabo una investigación externa para determinar las responsabilidades reales”, dijo el viernes, el portavoz de la Iglesia católica de Bélgica, Tommy Scholtès.

El medio belga Het Laatste Nieuws (HLN), publicó recientemente nuevos testimonios de mujeres que fueron obligadas a abandonar a sus bebés. Asimismo, el medio dio a conocer declaraciones de niños adoptados que aseguran haber sido vendidos por la Iglesia.

De acuerdo con las estimaciones de HLN cerca de 30 mil niños habrían sido separados de sus progenitores desde 1945 y hasta la década de 1980. Pese a ello, la Iglesia católica aún no ha desmentido ni confirmado la cifra.

Según reportó DW, en la mayoría de los casos se repetía un patrón: jóvenes solteras, víctimas de violación o incesto, presionadas por sus padres para ocultar el embarazo. Posteriormente, los padres tomaban contacto con la Iglesia, que a su vez se relacionada con familias que deseaban adoptar.

Ante esto, Scholtès cuestionó que existiera algún beneficio económico en las adopciones. “No eran niños comprados. No aceptamos la expresión. Las familias en espera de adopción agradecían a las religiosas cuando recibían al bebé, y contribuían financieramente al funcionamiento de las comunidades religiosas”, dijo.