El economista chileno y exintendente de Santiago, Igor Garafulic, lleva nueve meses radicado en Honduras como representante de Naciones Unidas. Pero no solo eso, desde el 28 de agosto también es mediador del diálogo nacional entre miembros del gobierno de Juan Orlando Hernández y la oposición, que busca poner fin a la crisis política que se inició durante las elecciones presidenciales de 2017.
Sin embargo, durante la última semana la situación se ha tornado a lo menos compleja. El 13 de octubre, una caravana de 1.500 migrantes hondureños partió rumbo a Estados Unidos. Entre sus principales motivaciones están las de huir de la creciente pobreza, inseguridad y desempleo que sufren en su territorio. Así, ignorando las amenazas del mismo Presidente Donald Trump, el grupo que ya suma más de 4.000 centroamericanos, insiste a paso firme en caminar hacia su destino. Tanto así que ayer rompieron las vallas fronterizas y consiguieron ingresar a México, desde Guatemala. En conversación con La Tercera desde Tegucigalpa, Garafulic aseguró que "todavía es muy temprano para anticipar escenarios realistas".
¿Qué llevó a la masiva salida de hondureños en una nueva caravana rumbo a Estados Unidos?
La salida de migrantes no es nueva. Quizá en esta ocasión ha tenido una exposición mediática más destacada. En toda la región existen problemas muy profundos de atraso económico y también altos niveles de inseguridad. Para nosotros como Naciones Unidas es muy importante contribuir a la protección de los migrantes.
Sobre los problemas que menciona, ¿cómo califica la actual situación al interior de Honduras?
El país se está recuperando de una crisis política severa, generada en las elecciones presidenciales de noviembre de 2017. Naciones Unidas fue invitada a mediar en dicho conflicto hace nueve meses y nuestro principal objetivo ha sido reunir en torno a una misma mesa a gobierno y oposición. Es en este clima de desconfianza política y polarización en que debe analizarse esta crisis migratoria.
¿Cómo califica el avance del diálogo nacional?
El diálogo político mediado por la ONU ha sido muy bien recibido por la sociedad hondureña. Existe en la gente un convencimiento de que no se pueden repetir los niveles de violencia que se dieron en el contexto de las elecciones pasadas.
Aún así, la nueva caravana complica el escenario de la mano de las últimas amenazas desde Estados Unidos...
El gobierno hondureño está haciendo todo lo posible por recibir de la mejor manera a los que ya comienzan a retornar de la caravana. El día de ayer todo el equipo de Naciones Unidas (Alto Comisionado de Refugiados, PNUD, Organización Panamericana de la Salud, etc.) tuvo una larga reunión de coordinación en la casa presidencial.
¿Cuáles son los escenarios que manejan?
Esto puede transformarse en una situación muy grave bastante antes de la frontera norteamericana. La ruta es peligrosa y el viaje lo hacen en condiciones de mucha precariedad. Sin dinero, sin comida, y con niñas y niños muy pequeños.
¿Cuál es el objetivo de esta caravana que, como se ha visto en las imágenes, insiste en traspasar a toda costa las fronteras?
El objetivo es llegar hasta Estados Unidos para buscar mejores perspectivas de vida. Sin embargo, no existen condiciones de seguridad para este viaje. Y mucho menos la garantía de que logren traspasar la frontera norteamericana. Todavía es muy temprano para anticipar escenarios realistas. No es claro cuántos persistirán en el objetivo de avanzar en la caravana, ni cuántos optarán por devolverse. No es claro a estas alturas cómo reaccionarán los distintos gobiernos en la ruta.