Se trata de uno de los huracanes más poderosos y veloces que ha golpeado a Estados Unidos. Laura tocó tierra este jueves como categoría 4 en Louisiana, con vientos que superaron los 240 kilómetros por hora, algo que no se veía desde 1856 con el huracán Last Island en la costa del Golfo, y aunque a las horas se degradó a tormenta tropical, las posibles inundaciones producto de la marejada ciclónica amenazaban a toda la zona.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) advirtió que durante los próximos días el agua podría ingresar hasta 64 kilómetros tierra adentro desde la costa, con olas de hasta “dos pisos” y en algunas áreas se esperaban lluvias torrenciales. Las alarmas se encendieron después que los expertos aseguraron que debido a los antecedentes de Laura era “imposible sobrevivir” a los daños que la tormenta deje en 200 kilómetros de playa.

A pesar de la evacuación de más de medio millón de residentes, la prensa estadounidenses sostiene que Laura cobró la vida de al menos cuatro personas, todos producto de la caída de árboles. Según CNN, entre las víctimas fatales hay una menor de 14 años.

El Presidente Donald Trump anunció que durante el fin de semana recorrerá las ciudades afectadas por el huracán. “Probablemente iremos el sábado o el domingo. Nos dirigiremos a Texas y Louisiana, y quizás una parada adicional”, señaló Trump, que declaró haber pensado en posponer su discurso en la Convención Republicana programado para anoche en la Casa Blanca en el marco de su carrera a la reelección, pero “no era necesario”.

Una de las zonas más afectada era Lake Charles, Louisiana, donde se incendió una planta química que aumentó el temor de la población. La magnitud del ciclón obligó al gobernador John Bel Edwards a activar los servicios de la Guardia Nacional estatal completa, lo que no ocurría desde el huracán Issac en 2012.

Más de 700 mil personas quedaron sin suministro eléctrico en Louisiana y Texas. Este último estado llamó a la población a esperar antes de volver a sus hogares debido a los vientos, la caída de cables y de escombros en los caminos.

Sin embargo, las autoridades de Louisiana dijeron estar agradecidas por “no sufrir el daño catastrófico que imaginamos”, ya que los pronósticos revivieron los temores que dejó el huracán Katrina en 2005, que ingresó como categoría 3, pero dejó 1.800 fallecidos.

Hasta esta noche, Laura mantenía su ruta hacia el norte, por lo que Arkansas alistaba los últimos protocolos para estar preparados ante “el peligro que vendrá en las próximas 24 horas”, explicó el gobernador Asa Hutchinson a la prensa. Posteriormente, una parte de Mississippi podría verse afectada por la lluvia, vientos y tormentas eléctricas, mientras el ciclón pasaría más debilitado por los estados de Kentucky y Virginia hasta llegar el domingo al Atlántico.