Aunque no era la idea original, la invasión en Ucrania se ha tomado gran parte de la agenda de la cumbre del G20 en Bali, Indonesia. Este martes, la reunión llegó a concretar un borrador, señalando que tal guerra ha causado “un daño económico sin precedentes para el mundo”.
Dos aliados tradicionales de Rusia, el primer ministro de India, Narendra Modi, y el Presidente de China, Xi Jinping, mostraron su preocupación por la invasión en Ucrania, marcando distancia de la posición del mandatario ruso Vladimir Putin -ausente de la cumbre-, pero sin unirse del todo a la condena occidental. Los diplomáticos norteamericanos, por su parte, estuvieron presionando hasta el final para culpar a Moscú en el comunicado, que en su borrador señala que “la mayoría de los miembros condenan la guerra en Ucrania”, además de indicar que “está causando un sufrimiento humano inmenso, y exacerbando las fragilidades existentes en la economía global”.
Ya terminada la jornada en Bali, dos supuestos misiles rusos cruzaron la frontera entre Ucrania y Polonia, matando a dos personas y provocando una reunión de emergencia en Varsovia. Como miembro de la OTAN, el ataque a Polonia podría activar el artículo 5 de la Alianza Atlántica, si bien en un comienzo el origen de esos misiles aún era incierto.
“Las partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la parte o partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte”, detalla el artículo 5 de la OTAN.
Terminando el día en Europa, se supo de un ataque que hasta el momento no tenía precedentes en la historia reciente: dos supuestos misiles rusos cayeron en Polonia. Debido a esto, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, convocó a una reunión de urgencia con el Comité del Consejo de Ministros para la Seguridad Nacional.
En la localidad de Przewodów, a escasos kilómetros de la frontera de Ucrania, y en territorio de la OTAN y la Unión Europea, los misiles mataron a dos personas, y tanto las agencias The Associated Press como Bloomberg remarcaron la procedencia rusa de los ataques. Más tarde, el Ministerio de RR.EE. polaco identificó el misil como fabricado en Rusia. Pero el Presidente Andrzej Duda se mostró más cauto sobre su origen, diciendo que no sabían con seguridad quién lo había disparado o dónde se había fabricado. No obstante, admitió que “muy probablemente” era ruso. El canciller Zbigniew Rau llamó al embajador ruso y “exigió explicaciones detalladas de inmediato”.
Ante el incidente fronterizo, el gobierno polaco aumentó el estado de alerta de sus FF.AA. y estudiaba si activar el artículo 4 del tratado de la OTAN tras la explosión registrada en Przewodów. Este afirma que los 30 Estados miembros de la Alianza abrirán consultas cuando “a juicio de cualquiera de ellas, la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes fuera amenazada”.
Si Rusia hubiera apuntado deliberadamente a Polonia, se arriesgaría a involucrar a la OTAN en el conflicto en un momento en que ya pasa apuros para defenderse de las fuerzas ucranianas. Esto, debido a que el artículo 5 de la Alianza garantiza que los recursos de toda la OTAN pueden utilizarse para proteger a cualquier miembro. Hasta el momento, el artículo 5 de la OTAN solo había sido invocado después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Varsovia solicitó a la OTAN una reunión de emergencia este miércoles, petición que la Alianza aceptó, según Reuters. Asimismo, los dirigentes de la UE presentes en las reuniones del G20 en Bali se reunirán probablemente durante la jornada para discutir la explosión en Polonia, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, convocó a una reunión de “emergencia” de los líderes del G7 y de la OTAN en Indonesia. “Es poco probable en las líneas de la trayectoria que (el misil) haya sido disparado desde Rusia, pero ya veremos”, dijo Biden.
Alertado por estos mismos ataques, también funcionarios húngaros fueron convocados a un Consejo de Defensa. Zoltan Kovacs, portavoz del gobierno, tuiteó: “En respuesta a la detención de las transferencias de gasolina en las vías de Druzhba, y los misiles golpeando territorio polaco, el primer ministro Viktor Orbán convocó a un Consejo de Defensa”.
El viceprimer ministro de Letonia, Artis Pabriks, envió sus condolencias a Polonia y condenó el ataque con misiles. “Mis condolencias a nuestros hermanos polacos. El régimen criminal ruso lanzó misiles que toman por objetivo, no solo a civiles ucranianos, sino que también caen en territorio de la OTAN en Polonia. Letonia se posiciona junto a sus amigos polacos y condena este crimen”, señaló el también ministro de Defensa letón. Riga celebrará este miércoles una reunión de emergencia de su Consejo de Seguridad.
En tanto, la Cancillería de Estonia reaccionó de inmediato, señalando en la misma red social: “Las últimas noticias desde Polonia son preocupantes. Estamos consultando desde muy cerca con Polonia y otros aliados. Estonia está lista para defender cada pulgada del territorio de la OTAN, y estamos en completa solidaridad con nuestro cercano aliado, Polonia”. La misma frase ha sido usada por el Presidente lituano, Gitanas Nauseda.
El primer ministro checo, Petr Fiala, indicó por su parte que si Polonia confirma que han sido misiles rusos, “será una nueva escalada por parte de Rusia”.
En una de las últimas actualizaciones sobre la situación en Przewodów, el periodista Mariusz Gierszewski, que informó primero sobre los supuestos cohetes rusos que cayeron en Polonia, actualizó sobre la situación: “Mis fuentes en los servicios dicen que lo que golpeó a Przewodów probablemente sean los restos de un cohete derribado por las Fuerzas Armadas de Ucrania”.
Al respecto, el Ministerio de Defensa ruso negó su responsabilidad en las explosiones en la localidad polaca de Przewodów y acusó a los medios de comunicación y al gobierno polaco de una “provocación deliberada para escalar la situación”.
“No se han realizado ataques contra objetivos cerca de la frontera ucraniano-polaca por parte de medios de destrucción rusos”, indicó el ministerio ruso en un comunicado publicado en su cuenta de Telegram. “Los restos publicados por los medios polacos no tienen nada que ver con las armas rusas”.
De hecho, el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Pat Ryder, indicó que, por el momento, Washington no contaba con información que vinculara a Rusia con el impacto de estos misiles, según CNN. Desmintió así a una fuente de la inteligencia estadounidense que apuntó al origen ruso de los misiles en declaraciones a The Associated Press, una información posteriormente retirada.
“Somos conscientes de los informes de prensa que señalan que dos misiles rusos han alcanzado un lugar dentro de Polonia, cerca de la frontera con Ucrania. Puedo decirle que no tenemos ninguna información en este momento para corroborar esos informes y estamos investigando esto más a fondo”, enfatizó Ryder.
La Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. también dijeron que no podían confirmar los informes de misiles rusos perdidos y anunciaron que estaban trabajando con Polonia para recopilar más información.
Ya durante la tarde de este martes, los ataques rusos fueron numerosos en Ucrania. El alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, confirmó al menos un muerto por los misiles que cayeron en barrios residenciales de la capital ucraniana. Otras ciudades, como Lviv, Kharkiv, Mikolaiv y Chernihiv fueron atacadas. “Rusia está atacando ciudades ucranianas pacíficas con misiles mortales. Los edificios de departamentos y las instalaciones de infraestructura energética están siendo atacados”, denunció el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba.
También Moldavia sufrió las consecuencias de estos bombardeos, ya que los ataques a infraestructura energética ucraniana provocaron apagones en el país. “Partes de Moldavia están sufriendo apagones a consecuencia de los disparos de misiles rusos contra ciudades y estructuras vitales de Ucrania. Cada bomba que cae en Ucrania también afecta a Moldavia y a nuestra gente. Llamamos a Rusia a poner fin a esa destrucción ya”, tuiteó el canciller moldavo Nicu Popescu.
En la primera reunión del G20 desde que Rusia invadiera Ucrania en febrero, el Presidente de China, Xi Jinping, alertó contra la “armamentización” de la comida y la energía, señalándose también como opuesto a la guerra nuclear en todas las circunstancias. “Debemos oponernos firmemente a la politización, instrumentalización y armamentización de los problemas alimentarios y energéticos”, dijo el líder chino, en palabras que parecían dirigidas a Putin.
Por su parte, el primer ministro de India, Narendra Modi, señaló la necesidad de reconocer que las Naciones Unidas habían fallado como institución multilateral, en miras a presionar al G20 a encontrar soluciones. Además, llamó por un cese al fuego, asegurando que es “el momento de la diplomacia”. Tanto China como India se habían mostrado, a principios de la guerra, como países más cercanos a la posición rusa sobre la guerra en Ucrania: tendían a no condenarla con tanta fuerza como el resto de los países.
El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, también dio un discurso, aunque de manera telemática. Precisamente en ese momento, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se había quedado en el hotel. “Estoy convencido de que ahora es el momento en el que la destructiva guerra rusa debe y puede ser detenida. Salvará miles de vidas”, dijo Zelensky. También condenó “las locas amenazas de armas nucleares a las que los oficiales rusos han estado recurriendo. Las hacen, y no puede haber excusas para un chantaje nuclear”. Zelensky afirmó en un video difundido a través de sus redes sociales que Rusia había lanzado al menos 85 misiles contra territorio ucraniano durante la jornada.
Lavrov, por su parte, condenó lo que llamó la “politización” de la cumbre. Un poco después de que su avión abandonara Bali, una serie de misiles rusos golpeó infraestructura clave y ciudades en Ucrania. Según el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriy Yermak, estos ataques fueron en respuesta al discurso de Zelensky en el G20.
En tanto, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, lamentó en un comunicado que, precisamente en un momento en que se habla de “cuestiones de significativamente importancia para las vidas de personas de todo el mundo”, Rusia “amenaza vidas de nuevo y destruye infraestructura crítica de Ucrania”. Sullivan advirtió que los ataques del Kremlin “solo servirán para aumentar las preocupaciones del G-20″.