Como cada domingo de Pascua, los Reyes de España acuden a la misa de Resurrección que se celebra en la catedral de Palma de Mallorca. Durante la ceremonia, los miembros de la Casa Real siguieron el protocolo establecido para estas ocasiones: se mostraron sonrientes frente a las cámaras y controlaron, como de costumbre, todos sus movimientos. Sin embargo, las imágenes grabadas por uno de los asistentes demostraron que aquello era solo una "fachada".
En el video, que se hizo viral esta semana a través de las redes sociales, se observa cómo la reina emérita Sofía, de 79 años, y la reina Letizia, de 45, protagonizan un tenso encuentro cuando la primera intenta sacarse una fotografía con la princesa Leonor. Poco después de que empezara a circular este video, se divulgó otro donde se aprecia cómo la reina Sofía, a las puertas de la catedral, le da un beso a una de las infantas y acto seguido, sin dejar de sonreír, Letizia le borra el beso a su hija con el pulgar.
Desde Casa Real no han querido dar ninguna explicación a lo ocurrido. Solo se pronunció la periodista Inma Aguilar, amiga de la reina Letizia, quien dijo ayer en Telemadrid que la reina "está bastante preocupada" y aseguró que "Letizia suele llevarse siempre la peor parte cuando se analizan sus gestos por no ser de sangre real". Ricardo Mateos, experto en realeza, explicó a La Tercera que este es un tema que se ha debatido varias veces. "Es lógico pensar que ambas reinas no mantengan una relación muy fluida, puesto que vienen de mundos y de educaciones diametralmente opuestos. Doña Sofía es pura realeza del corte más clásico y más tradicional, mientras que doña Letizia no acaba de entender de forma completa cómo funciona ese mundo tan lejano al de su infancia y de su educación", señaló. Sin embargo, dijo que "no podemos olvidar que desencuentros de este tipo son propios de todas las familias y las reales no son una excepción".
Una de los hechos que marcó un punto de inflexión dentro de la Casa Real fueron sus respectivas posturas con relación a la familia de la infanta Cristina. Mientras la actual reina de España no quiso tener nada que ver con Iñaki Urdangarín desde que estallase el caso Noos (trama de desvío de fondos públicos que llegó a los tribunales en 2010 y en el que se encausó a los dirigentes del Instituto Nóos: Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina, y Diego Torres) la reina Sofía en varias ocasiones ha visitado a su yerno y a su hija tanto en Washington como en Ginebra. Mateos considera que, aunque no fue un antes y un después, "sin duda tiene una enorme importancia y en estos momentos está generando una gran tensión en el seno de una familia que ve sufrir a la infanta Cristina, que es hija y es hermana".
La relación entre ambas reinas siempre ha sido compleja. Jaime Peñafiel, cronista de la realeza del diario El Mundo y conocido por su legendaria enemistad con Letizia, dijo a La Tercera que "la reina Sofía ha dicho en varias ocasiones que no puede ver a sus nietas". Asimismo, Peñafiel también dijo que la reina "está dañando seriamente la institución" y que, actualmente, la Casa Real "está un poco desestabilizada".
Esto ocurre en un momento delicado para la monarquía española. La alcaldía de Madrid aprobó ayer eliminar el nombre del rey del segundo parque más grande de la capital. Hace menos de dos meses, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, decidió no participar en los recibimientos protocolarios al rey durante el Mobile World Congress y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contradijo a los tribunales españoles cuando, en marzo, dictaminó que quemar fotos del rey no constituye un delito. Y todo, con el telón de fondo de la crisis catalana y la separación de España.
Felipe fue duramente criticado cuando ofreció un discurso después del referendo independentista del 1 de octubre y el mismo día en que se realizaba una huelga general en Barcelona en protesta contra la actuación policial durante la consulta, que dejó 800 heridos. El rey fue cuestionado por no haber hablado en catalán y no hacer comentarios sobre la represión de la policía.
En todo caso, el barómetro del CIS - considerado el más completo del país- hace tres años que no pregunta por la monarquía y los últimos datos que publicó son de 2015, cuando el rey no superó la nota mínima de aprobación de los españoles.