El descarrilamiento en el este de India en el que murieron 275 personas y cientos más resultaron heridas fue provocado por un error en el sistema de señalización electrónica, que hizo que un tren cambiara de vía de forma errónea y chocara con un tren de mercancías, según indicaron las autoridades el domingo.
Las autoridades trabajaban para despejar los restos retorcidos de los dos trenes de pasajeros que descarrilaron el viernes por la noche en el distrito de Balasore, en el estado oriental de Odisha. Fue uno de los accidentes ferroviarios con más muertos que registraba el país en décadas.
El gobierno de Odisha dio una cifra revisada de 275 muertos en un comunicado, después de que un funcionario estatal de alto nivel dijera que había más de 300 fallecidos el domingo por la mañana. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a la prensa.
La investigación preliminar indicaba que el Coromandel Express, un tren de alta velocidad, recibió una señal para que entrara en la vía principal, indicó Jaya Verma Sinha, funcionaria ferroviaria de alto nivel. Pero la señal se retiró después, y en lugar de eso el tren entró en una vía secundaria contigua, donde chocó contra un tren de mercancías cargado con hierro. Tras la colisión, los vagones del Coromandel Express volcaron sobre otra vía, lo que hizo descarrilar al Yesvantpur-Howrah Express, que venía en sentido contrario, y provocó una colisión de tres trenes.
Los trenes de pasajeros, que llevaban a un total de 2.296 personas, no circulaban con exceso de velocidad, indicó. Es habitual estacionar los trenes que llevan mercancías en vías laterales para despejar la ruta principal a otros convoyes.
Verma atribuyó el suceso a un error en el sistema electrónico de señalización. Una investigación detallada revelará si el error fue humano o técnico, señaló.
El sistema electrónico es un mecanismo de seguridad diseñado para evitar movimientos de trenes que entren en conflicto. También supervisa la situación de las señales que indican a los conductores a qué distancia está el siguiente tren, cómo de rápido pueden circular y la presencia de trenes detenidos en las vías.
“El sistema está libre de error en un 99,9%. Pero la posibilidad de un 0,1% de error siempre está ahí”, indicó la funcionaria. Ante una pregunta sobre si el accidente podría ser resultado de un sabotaje, respondió que “no se descarta nada”.
El domingo apenas quedaban unos pocos vagones volcados y retorcidos como resto de la tragedia. Trabajadores ferroviarios trabajaban bajo un sol inclemente para colocar bloques de cemento y reparar las vías rotas. Un equipo con excavadoras retiraba lodo y escombros para despejar el lugar.
En uno de los hospitales a casi 15 kilómetros del lugar, los sobrevivientes hablaban del espanto del accidente.
Inder Mahato, trabajador de almacén, no recordaba con precisión el suceso, pero dijo que había oído un fuerte golpe cuando el Coromandel Express chocó contra el tren de carga. El impacto hizo que Mahato, que estaba en el baño, perdiera el conocimiento brevemente.
Poco después abrió los ojos y a través de la puerta forzada vio a gente gimiendo de dolor y a muchos ya muertos. Otros intentaban salir desesperados de los restos retorcidos del vagón.
Mahato, de 37 años, pasó horas atrapado en el baño antes de que los rescatistas lograran sacarle. Sus amigos no tuvieron tanta suerte. Cuatro de ellos murieron, señaló.
Entre tanto, muchas personas desesperadas tenían problemas para identificar los cuerpos de sus seres queridos debido a las brutales lesiones. Otros buscaban en los hospitales para comprobar si sus familiares estaban vivos.
Ante el mismo hospital donde se recuperaba Mahato, Bulti Khatun caminaba aturdida con una tarjeta de identidad de su esposo, que viajaba a la ciudad sureña de Chennai en el Coromandel Express.
Khatun dijo que había visitado la morgue y otros hospitales para dar con él, pero no lo había conseguido.
“Estoy desamparada”, dijo sollozando.
Durante la noche del sábado se recuperaron 15 cadáveres y las labores continuaron durante la madrugada, con gigantescas grúas para retirar una locomotora que estaba encima de un vagón. No se encontraron cadáveres en la locomotora y la labor se completó el domingo en la mañana, dijo Sudhanshu Sarangi, director general de servicios de bomberos y emergencias en Odisha.
El desastre tuvo lugar en momentos en que el primer ministro Narendra Modi ha puesto énfasis en la modernización de la red ferroviaria de India, que data de la era colonial británica. India se convirtió este año en el país más poblado del mundo con 1.420 millones de habitantes.
A pesar de las acciones del gobierno para mejorar la seguridad ferroviaria, cientos de accidentes ocurren cada año en el sistema de trenes del país, la red más extensa del mundo administrada por una sola dirección.
El viernes en la noche se produjeron escenas caóticas, en las que los socorristas subían a vagones accidentados para abrir puertas y ventanas con sopletes en un intento de salvar a las personas atrapadas dentro.
Modi visitó el lugar del desastre el sábado para examinar las acciones de socorro y conversar con funcionarios de rescate. También visitó un hospital donde preguntó a los doctores sobre la atención brindada a los heridos y conversó con algunas de las víctimas.
La mayoría de los siniestros ferroviarios en India se atribuyen al error humano o a un equipamiento anticuado de señalización.
Más de 12 millones de personas viajan en 14.000 trenes en el país cada día, recorriendo 64.000 kilómetros de vías.