El centro de tramitación de visas de India en Canadá suspendió sus servicios el jueves en plena disputa entre las dos naciones luego de que el primer ministro canadiense dijera que Nueva Delhi podría estar implicada en el asesinato de un ciudadano del país.
Los lazos entre Ottawa y Nueva Delhi, socios estratégicos en seguridad y comercio, cayeron a su punto más bajo en años desde que el primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo que existían “denuncias verosímiles” de que India estaba implicada en el asesinato de un dirigente separatista sij en su territorio.
Hardeep Singh Ninjjar, un ciudadano canadiense de 45 años buscado por India desde hace años, fue asesinado a tiros en junio frente a su templo en Surrey, en las afueras de Vancouver.
La espectacular denuncia de Trudeau el lunes dio lugar a represalias diplomáticas mutuas, con la expulsión de un diplomático de cada país. India rechazó la acusación y la calificó de absurda.
“Aviso importante de la Misión India: Debido a motivos operativos, desde el 21 de septiembre, los servicios de visa de India quedan suspendidos hasta nuevo aviso”, dijo el Centro de Solicitud de Visas BLS en Canadá, sin ofrecer más detalles. BLS es la agencia que procesa las solicitudes de visa para el país.
El Ministerio de Exteriores indio no realizó comentarios de inmediato.
En la víspera, el departamento actualizó sus recomendaciones para viajar a Canadá e instó a sus ciudadanos, especialmente a los estudiantes, a ser cautos ante las “crecientes actividades anti-India y los crímenes de odio condonados políticamente”. Además, deben evitar acudir a zonas del país norteamericano donde “las amenazas se han dirigido especialmente contra diplomáticos indios y sectores de la comunidad india que se oponen a la agenda anti-India”, añadió ministerio.
Cuando fue asesinado, Nijjar estaba organizado un referéndum no oficial entre la diáspora sij sobre la independencia de India. El activista negaba los cargos de terrorismo atribuidos por Nueva Delhi.
El movimiento en favor de una patria sij independiente, conocida como Jalistán, comenzó como una insurgencia en el estado de Punjab en la década de 1970 que fue aplastada por la represión gubernamental, que causó miles de muertos. Desde entonces, el movimiento ha perdido gran parte de su poder político, pero sigue contando con apoyos en Punjab, de mayoría sij, y entre la considerable diáspora sij en el extranjero.