El centro de tramitación de visas de India en Canadá suspendió sus servicios el jueves en plena disputa entre las dos naciones luego de que el primer ministro canadiense dijese que Nueva Delhi podría estar implicada en el asesinato de un ciudadano del país.
Justin Trudeau dijo el lunes ante el parlamento que había “acusaciones creíbles” acerca de la implicación de India en el asesinato del activista independentista sij Hardeep Singh Nijjar, buscado por las autoridades indias desde hace años y que fue asesinado a tiros en el exterior del templo que dirigía en junio.
Canadá expulsó también a un diplomático indio y Nueva Delhi hizo lo propio con otro canadiense el martes. Además, India calificó las acusaciones que se estaban investigando en Canadá de absurdas y de intento de derivar la atención por la presencia en Canadá de Nijjar y de otros sospechosos buscados.
“Aviso importante de la Misión India: Debido a motivos operativos, desde el 21 de septiembre, los servicios de visa de India quedan suspendidos hasta nuevo aviso”, dijo el Centro de Solicitud de Visas BLS en Canadá, sin ofrecer más detalles. BLS es la agencia que procesa las solicitudes de visa para el país.
El Ministerio de Exteriores indio no realizó comentarios de inmediato.
En la víspera, el departamento actualizó sus recomendaciones para viajar a Canadá e instó a sus ciudadanos, especialmente a los estudiantes, a ser cautos ante las “crecientes actividades anti-India y los crímenes de odio condonados políticamente”. Además, deben evitar acudir a zonas del país norteamericano donde “las amenazas se han dirigido especialmente contra diplomáticos indios y sectores de la comunidad india que se oponen a la agenda anti-India”, añadió ministerio.
Cuando fue asesinado, Nijjar estaba organizado un referéndum no oficial entre la diáspora sij sobre la independencia de India. El activista negaba los cargos de terrorismo atribuidos por Nueva Delhi.
El movimiento en favor de una patria sij independiente, conocida como Jalistán, comenzó como una insurgencia en el estado de Punjab en la década de 1970 que fue aplastada por la represión gubernamental, que causó miles de muertos. Desde entonces, el movimiento ha perdido gran parte de su poder político, pero sigue contando con apoyos en Punjab, de mayoría sij, y entre la considerable diáspora sij en el extranjero.