El movimiento indígena y el gobierno de Ecuador pretendían abrir el diálogo hoy para intentar solucionar la violenta crisis que estalló hace 12 días a causa de los ajustes económicos acordados con el FMI. Las partes se reunieron con tres horas de retraso en Quito, a eso de las 18:00, luego de que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y la ONU en Ecuador anunciaron la demora en el diálogo por problemas con algunos asuntos operativos y de seguridad.

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El proceso empezó con un minuto de silencio por las personas fallecidas en las jornada de protesta que comenzaron el pasado 3 de octubre. Al menos siete personas murieron, cientos resultaron heridas y más de 1.000 fueron arrestadas en los disturbios, de acuerdo con la oficina del ombudsman, que monitorea los conflictos.

El sábado, las protestas contra las medidas anunciadas por el Presidente Lenín Moreno -quien recibió hoy el apoyo de Prosur - desembocaron en una ola de caos, con el edificio de la Contraloría en llamas y dos medios asaltados por encapuchados, lo que llevó al gobierno a imponer el toque de queda en la ciudad. Sin embargo, hoy las autoridades flexibilizaron por unas horas la prohibición de circular.

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De todas formas, decenas de manifestantes regresaron a las calles y prendieron fogatas, y en algunos puntos la policía lanzó gases lacrimógenos para frenar su avance, aunque no se registraron choques tan violentos como los del sábado. Los incidentes fueron los peores en el pequeño país sudamericano en más de una década, y el más reciente momento álgido de la oposición al Fondo Monetario Internacional en Latinoamérica.

Moreno ha presentado la disputa como una batalla entre Venezuela y otras fuerzas de izquierda, por un lado, y las ideologías más orientadas a los mercados, por otro.

Llegados de varios puntos del país, los indígenas se mantendrán en la capital hasta alcanzar un acuerdo sobre la eliminación de subsidios que incrementó hasta un 123% los precios del diésel y la gasolina.

"Nos mantenemos en Quito, no solo los dirigentes, sino también las bases, y nos mantendremos hasta que haya una solución", expresó a France Presse Salvador Quishpe, quien integra la comisión política de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).

La organización aborigen espera salir con un acuerdo que revoque o dé paso a la revisión del decreto sobre el fin de los subsidios. Esperamos "un punto de equilibrio, y eso podría ser que no suba como subió (el combustible), sino en un porcentaje menor", añadió Quishpe.