Los equipos de rescate indonesios comenzaron a utilizar hoy maquinaria pesada para desenterrar a una treintena de mineros sepultados tras el hundimiento -el pasado 26 de febrero- de un yacimiento ilegal de oro en la isla de Célebes, tras la recuperación de ocho cadáveres.

Otras 20 personas han sido rescatadas con vida de la mina tras el colapso a causa de un corrimiento de tierra durante la noche de las estructuras de madera que sustentaban los túneles, indicó el portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho.

El número exacto de personas que quedaron enterradas, que en un principio se estimó en 60, no ha podido ser confirmado a causa de informaciones contradictorias de los residentes de la zona, según la BNPB.

El uso de excavadoras y maquinas de carga para abrir el camino hacia los mineros fue acordado con las familias de los afectados a a medida que disminuían las probabilidades de encontrar supervivientes en el montañoso municipio de Bolaang Mongondow, en el norte de Célebes.

"Llevamos sin oír voces desde las 18.00 de ayer, pero tenemos la esperanza de que sea por el cansancio", dijo a Efe el jefe de emergencias la BNPB en Bolaang Mongondow, Abdul Muin Paputungan.

El jueves, uno de los mineros falleció al perder una cantidad excesiva de sangre cuando las fuerzas de seguridad y miembros de la BNPB decidieron amputarle una pierna para poder evacuarle.

"Temíamos que si quitábamos la roca, la galería colapsase aún más porque la roca sustentaba el techo del túnel", dijo Sutopo en un comunicado.

Otras de las preocupaciones de los equipos que trabajan en la escarpada zona es la aparición de enfermedades a causa de la gran cantidad de cadáveres que han quedado atrapados, según el portavoz.

En junio del año pasado, seis mineros perdieron la vida en la misma zona al quedar sepultados por una avalancha mientras trabajaban bajo la lluvia en otra mina ilegal de oro.

La minería ilegal es un fenómeno común en Indonesia debido a la permisividad de las autoridades y los accidentes ocurren de forma frecuente por la falta de medidas de seguridad.