Un terremoto de 7,3 grados de magnitud sacudió el martes el este de Indonesia, provocando escenas de pánico entre los habitantes de lugar pero sin dejar víctimas ni daños materiales importantes, según las primeras estimaciones de las autoridades.
El sismo se registró a las 03.20 GMT y tuvo su epicentro al norte de la isla de Flores, a un centenar de kilómetros de a ciudad de Maumere, con una profundidad de 18,5 km, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
“Estaba en el campo. La gente, en pánico, comenzó a correr. Aún estoy asustado”, dijo Nuraini, poblador de la isla Adonara, en la región de Flores este.
Inicialmente no se reportaron muertes o daños significativos en las zonas afectadas por el temblor, pero las autoridades pidieron prudencia ya que se registraron varias réplicas luego.
Una persona resultó herida en Manggarai (en las islas menores de la Sonda orientales) y una escuela resultó dañada en la isla de Selayar, indicó el portavoz de la agencia de gestión de catástrofes Abdul Muhari.
Las imágenes que han llegado de la región afectada muestran a indonesios huyendo de sus viviendas, algunos con niños pequeños, y embotellamientos de motos y autos que se dirigían a zonas altas.
“Estaba mirando mi teléfono cuando se produjo el temblor. Lo sentí durante 30 segundos. Fue fuerte”, afirmó Alwan, un habitante de Buton, en el sudeste de la isla de Célebes.
Cinturón de fuego
En Maumere, una ciudad de unos 80.000 habitantes en la isla de Flores, el sismo perturbó una campaña de vacunación.
“La gente se estaba vacunando cuando tuvo lugar el terremoto. La gente en pánico se puso a correr”, indicó un habitante de la ciudad, Yulius Tara.
“Había más de 200 personas (...) y la vacunación se interrumpió a raíz del sismo”, agregó.
Indonesia experimenta frecuentes sismos y erupciones volcánicas debido a su ubicación en el “Cinturón de Fuego” del Pacífico, un arco de intensa actividad telúrica que se extiende desde Japón hasta el sureste asiático.
En 2004, Indonesia sufrió un devastador terremoto de 9,1 grados de magnitud en la costa de Sumatra, el cual provocó un tsunami que dejó 220.000 muertos en la región, incluyendo a 170.000 en Indonesia.
En 2018, otro poderoso temblor sacudió la isla de Lombok, seguido de varios sismos más en las dos semanas siguientes que dejaron más de 550 muertos.
Ese mismo año, un terremoto de 7,5 grados y un posterior tsunami en la isla Sulawesi dejaron más de 4.300 muertos o desaparecidos.