Los gobiernos, a un ritmo inédito, están implementando campañas de desinformación para desacreditar a sus opositores políticos, callar puntos de vista opuestos e interferir en asuntos externos. A pesar de los esfuerzos de plataformas como Facebook para combatir este fenómeno, el uso de estas técnicas va en aumento, de acuerdo con un informe publicado por investigadores de la U. de Oxford.
En Vietnam, por ejemplo, los ciudadanos se inscriben para publicar mensajes progubernamentales en sus páginas personales de Facebook, mientras que el gobierno guatemalteco usó cuentas pirateadas y robadas para silenciar las opiniones disidentes en redes sociales. A su vez, el oficialismo en Etiopía contrató a ciudadanos para que influyeran en conversaciones a través de redes sociales.
Los investigadores descubrieron que el número de países con campañas de desinformación política se duplicó y aumentó a 70 en los últimos dos años, con evidencia de que al menos un partido político o entidad gubernamental en cada una de esas naciones se vio involucrada en la manipulación a través de redes sociales.
El informe también dio a conocer que Facebook sigue siendo la red social con mayor difusión de desinformación. De hecho, se detectaron campañas de propaganda organizadas a través de esa plataforma en 56 países.
Facebook, Twitter y YouTube anunciaron cambios para disminuir la manipulación en redes sociales y la interferencia extranjera. Sin embargo, la investigación muestra que el uso de estas tácticas -que incluyen cuentas falsas y "trolls" contratados- va en aumento. En los últimos dos meses, las plataformas han suspendido cuentas vinculadas al gobierno en China y Arabia Saudita.
Protestas en Hong Kong
Según los autores del estudio, el surgimiento de China como una fuerza poderosa en la desinformación global es uno de los descubrimientos más significativos. El país ha usado la propaganda internamente por mucho tiempo, pero las protestas de este año en Hong Kong evidenciaron que Beijing ha ido más lejos. En agosto, Facebook, Twitter y Youtube suspendieron cuentas vinculadas a China que difundían información sobre las manifestaciones.
Pero estas tácticas ya no se limitan a los países grandes. Los Estados más pequeños también pueden coordinar fácilmente este tipo de operaciones por internet. De hecho, los investigadores de Oxford dijeron que esto era cada vez más común en lugares como Azerbaiyán, Zimbabwe y Bahrein.
La mayoría de las tácticas de desinformación vinculadas a gobiernos se han centrado en sus mismos países. Sin embargo, el estudio descubrió que China, India, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita y Venezuela habían tratado de influir en las opiniones fuera de sus fronteras.
En los casos investigados, se utilizaron memes y videos para aprovechar los algoritmos de las redes sociales y sus efectos amplificadores, explotando el potencial viral del material.
Los investigadores concluyeron que las regulaciones gubernamentales y las medidas tomadas por las compañías no han sido suficientes para combatir la desinformación. "No se han abordado problemas estructurales más profundos que facilitan la difusión de información falsa y engañosa", señaló Samantha Bradshaw, coautora del estudio, al diario The New York Times.