Este martes la consultora estratégica Eurasia Group publicó su informe anual respecto de “los principales riesgos de 2023″, en una lista cuyos primeros tres puestos están ocupados por Rusia, China y los últimos desarrollos de la inteligencia artificial, que podrían significar una herramienta poderosa para los demagogos y populistas.
En ese sentido, la organización dirigida por Ian Bremmer parte su informe con una serie de “buenas noticias” tras el término del año 2022. “Estamos (casi) al final de la pandemia. Rusia no tiene forma de ganar en Ucrania. La Unión Europea es más fuerte que nunca. La OTAN redescubrió su razón de ser. El G7 se fortalece. Las energías renovables se están volviendo muy baratas. El ‘hard power’ de Estados Unidos sigue sin encontrar rival. Las elecciones de medio término en el país fueron decididamente ‘normales’, y muchos de los candidatos que amenazaban más seriamente la democracia perdieron sus carreras”, apuntó el informe.
Otra gran razón para mostrarse optimista es el pésimo momento político que estaría viviendo Donald Trump, más débil que nunca al interior del Partido Republicano, y con muchos de otros políticos preparándose para quitarle la nominación como candidato a la Presidencia en Estados Unidos.
Sin embargo, un gran problema general estaría afectando el mundo: “Un pequeño grupo de individuos ha amasado una extraordinaria cantidad de poder, tomando decisiones con consecuencias geopolíticas profundas, con información limitada y en ambientes opacos”. A pesar de que algunas dictaduras tiemblan, comenta el informe, algunas se están consolidando más y más.
“No es el fin de la democracia (ni de la OTAN ni de Occidente). Pero seguimos en las profundidades de una recesión geopolítica, con los riesgos de este año como los más peligrosos que hemos encontrado en los 25 años desde que comenzamos Eurasia Group”, advierte el informe.
1) Una Rusia canalla
Humillada, Rusia podría pasar de ser un “jugador global” en el escenario internacional al más peligroso de los Estados, significando una gran amenaza para la seguridad de Europa, Estados Unidos y otros países.
“A Putin no le queda mucho que perder en caso de escalar más contra Occidente y Ucrania, salvo acciones que pongan en riesgo una guerra directa con la OTAN. Actualmente, Rusia está casi completamente aislada de las democracias avanzadas industrialmente, tanto en lo económico como en lo diplomático, cultural y tecnológico. Estados Unidos y Europa ya están, además, dándole a Ucrania algunos de sus sistemas militares más avanzados: el misil Patriot deja este punto muy claro para el Kremlin. El único elemento disuasorio que le queda a Occidente es la guerra directa contra la potencia nuclear más grande del mundo, algo en lo que Putin sabe que Occidente no apostará”, señala el documento.
2) Xi con máximo poder
Xi Jinping salió del XX Congreso del Partido Comunista de China con más poder que nunca, luego de obtener su tercer mandato como secretario general.
“Los terribles efectos de una toma de decisiones hipercentralizada en salud pública ahora son claros. Recién hace pocas semanas, Xi terminó con la política de Covid Cero de una manera tan arbitraria como la que había implementado dos años atrás. Su rápida decisión de levantar todas las restricciones y dejar al virus propagarse, a pesar de las bajas tasas de vacunación y sin advertir a ciudadanos ni gobiernos locales, llevará a que más de un millón de chinos mueran innecesariamente, aunque la mayoría no será reportada”, aseguró la consultora.
Refiriéndose a los tiempos de Mao, Eurasia señaló: “La última vez que un líder chino tuvo tanto poder como para impulsar una agenda política tan equivocada, el resultado fue un hambre generalizada, ruina económica y muerte. Hoy otra Revolución Cultural u otro Gran Salto Adelante es menos probable, dado el tamaño de la clase media urbana y educada en China, pero la consolidación de Xi en el poder le va a tomar a China algunos pasos hacia atrás este año”.
3) Armas de disrupción masiva
Estados Unidos se ha convertido sin quererlo en el mayor exportador de herramientas que amenazan la democracia, resultando en avances tecnológicos que podrían erosionar la confianza social, empedrar a demagogos y autoritarios y romper negocios y mercados.
“Una nueva forma de inteligencia artificial, conocida como IA generativa, permitirá a los usuarios crear imágenes realistas, videos y textos con apenas unas pocas frases guías. Grandes modelos lingüísticos como GPT-3 y el pronto a lanzarse GPT-4 serán capaces de superar el test de Turing, un Rubicon en la habilidad que tengan las máquinas de imitar la inteligencia humana. Avances en los deepfakes, el reconocimiento visual y los softwares de síntesis de voces harán que el control de la imagen de uno mismo sea algo del pasado. Estos avances representan un gran cambio en el potencial de la IA para manipular a la gente y sembrar caos político”, advierte el documento.
Tomando los casos de Brasil y Hungría, la consultora señala: “Demagogos y populistas van a instrumentalizar la IA para su propia ganancia política a expensas de la democracia en la sociedad civil. Ya hemos visto cómo Trump, Bolsonaro y Viktor Orbán han aprovechado las redes sociales y la desinformación para manipular electores y ganar sus elecciones, pero los nuevos avances tecnológico crearán ventajas estructurales para cada líder que implemente estas herramientas, más allá de su lugar en el espectro político. Los actores políticos utilizarán los avances de la IA para crear ejércitos de bots de bajo costo, encargados de elevar a candidatos, vender teorías de conspiración y noticias falsas, avivar la polarización y exacerbar el extremismo violento: todo esto, amplificado por las ‘cámaras de eco’ de las redes sociales”. Asimismo, el informe llama a estar atentos a lo que ocurra en las primarias de Estados Unidos y las elecciones generales de España y Pakistán, donde algunos de estos usos de la inteligencia artificial puedan ocurrir.
4) Las consecuencias de la inflación
La inflación global que empezó en Estados Unidos en 2021, y se volvió internacional en 2022, tendrá poderosos efectos económicos y políticos en 2023. Será el principal motivo de la recesión global, sumando estrés financiero, descontento social e inestabilidad política en todas partes.
“Un inmediato efecto de estos problemas económicos los podemos ver en los candidatos titulares que tendrán elecciones este año: Turquía, España, Argentina, Nigeria y Polonia. Pero incluso en países donde aún no hay elecciones calendarizadas, se ven cada vez más riesgos de la caída del gobierno. Y donde los gobiernos logran salir del paso, la presión popular por políticas fiscalmente insostenibles en un entorno financiero ajustado exacerbará los problemas de deuda y podría desencadenar inestabilidad en el mercado, por ejemplo, en Reino Unido, Italia, Brasil, Colombia y Hungría”, considera Eurasia Group.
5) Irán arrinconado
Ya van más de tres meses desde que una joven mujer llamada Mahsa Amini fuera asesinada por la Policía de la Moral iraní, y las protestas contra el gobierno continúan. En tanto, Teherán ha escalado su programa nuclear de maneras dramáticas, llegando a terminar con cualquier esperanza de un “trato nuclear” con Occidente.
“El riesgo para los países del Golfo también está creciendo. Teherán acusa a Riad de motivar las protestas dentro de Irán y podría actuar militarmente para castigar a Arabia Saudita, por un lado, y distraer a su propia población, por el otro. Incluso, si los ataques de 2019 en instalaciones petroleras sauditas no se han repetido, el riesgo de ataques desde Yemen e Irak son grandes. Los Emiratos Árabes Unidos serán vulnerables, pero no tanto, ya que han intentado mantener sus lazos con Teherán. Pero el despliegue de sistemas de defensa antimisiles israelíes en los Emiratos Árabes Unidos en 2022 demostró las preocupaciones de Abu Dhabi”, recordó el documento.
6) Crisis energética
Por el momento, los países más consumidores de energía están respirando aliviados luego de que el shock que se esperaba sobre el abastecimiento petrolero, posterior a la invasión rusa de Ucrania, no ocurriese del modo previsto. Pero más allá de las predicciones de guerra este año, una combinación de factores geopolíticos, económicos y productivos creará unas condiciones de mercado mucho más complicadas, especialmente en la segunda mitad de 2023.
Respecto a la relación entre Occidente y el Sur Global, el documento asegura: “Las tensiones aumentarán dado que la crisis energética también saboteará las políticas climáticas. En los países desarrollados, los precios altos llevarán a los gobiernos a priorizar la seguridad energética antes de reducir emisiones. En países en desarrollo, sobre todo en Asia y América Latina, el alto precio del gas romperá cualquier plan de transición. A medida que los fenómenos extremos relacionados con el clima aumenten en frecuencia y gravedad, los pedidos de los mercados emergentes por apoyo financiero de las economías avanzadas, para la adaptación climática y la compensación por pérdidas y daños aumentarán, pero en gran medida serán desatendidos y la cooperación climática internacional seguirá fallando”.
7) Un desarrollo global detenido
Las últimas dos generaciones de la humanidad han experimentado un período sin precedentes de expansión rápida y prosperidad. La economía mundial se triplicó, casi todos los países se han vuelto significativamente más ricos que antes, y más de mil millones de personas salieron de la extrema pobreza para entrar a la primera “clase media global”, estrechando la brecha de oportunidades entre países en desarrollo y avanzados.
“Este progreso se ha ido en reversa luego de tres años de golpes que se refuerzan mutuamente, incluyendo la pandemia del Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y el surgimiento de la inflación global. Las Naciones Unidas estiman que cinco años de desarrollo humano se han perdido desde que el Covid-19 apareció, y el impacto fue global: más del 90% de los países experimentaron un declive en su desarrollo humano en 2020 o 2021″, detalla el documento.
8) Un Estados Unidos dividido
A pesar de las elecciones de medio término, que en general mostraron que los votantes norteamericanos rechazaban a los candidatos que dudaban de la legitimidad del gobierno de Biden, Estados Unidos sigue teniendo una grieta enorme entre republicanos y demócratas.
“Estados Unidos sigue siendo uno de los países más políticamente polarizados y disfuncionales entre las democracias avanzadas. La creciente polarización partisana del electorado norteamericano sigue erosionando la legitimidad de sus instituciones federales: los tres poderes del Estado y la transferencia pacífica del poder a través de elecciones libres y justas. Consecuentemente, el poder político está volviendo a los estados, cada vez más liderados por políticos partisanos que entran en el vacío que deja Washington, al no poder implementar agendas debido a un gobierno federal fragmentado y esclerótico. Siguiendo esto, el contraste entre las direcciones políticas de Texas y California, por dar un ejemplo, hoy son mucho más lejanas de lo que eran hace cinco años”, comenta el informe.
9) Un boom de TikTok
Nacidos entre la mitad del 90 y los tempranos 2010, la generación Z es la primera en no tener experiencia de una vida sin internet. Los dispositivos digitales y las redes sociales han conectado a sus miembros más allá de las fronteras, creando por primera vez una generación realmente global. Y eso los vuelve una nueva fuerza política y geopolítica, especialmente en Estados Unidos y Europa.
Respecto a este grupo etario, la consultora señala: “Esta generación está llegando a la mayoría de edad, ingresando a la fuerza laboral y a la vida política. Actualmente, la Generación Z representa el 30% de la población mundial y se espera que represente el 27% de la fuerza laboral mundial para 2025. En Estados Unidos, la Generación Z se presentó en masas récord para las elecciones intermedias de 2022, lo que ayudó a contener la ‘ola roja’ al inclinarse más a favor de los candidatos demócratas en estados indecisos como Pennsylvania y Michigan. Y si bien su poder en las urnas solo crecerá, la influencia política de Generación Z ya se extiende más debido a su papel descomunal en las campañas organizadas en las redes sociales”.
“La Generación Z está redefiniendo el lugar de trabajo, al presionar a las empresas para que incorporen cambios fundamentales en la forma en que reclutan, organizan, retienen y desarrollan el talento, adoptan nuevos caminos y oportunidades profesionales, fomentan la diversidad y la inclusión genuinas, y revalúan su impacto social, político y ambiental. Como resultado, las corporaciones sentirán una presión sin precedentes para tomar partido en los debates políticos y geopolíticos, les guste o no”, asegura Eurasia Group.
10) Estrés hídrico
Este año, la escasez de agua se volverá un problema global y sistémico, pero a pesar de eso, los gobiernos la seguirán tratando como una amenaza temporal.
“No hay soluciones rápidas a la vista. Durante décadas, las naciones ricas trataron la escasez de agua como un problema que afectaba a los países pobres, y que podía mitigarse mediante la ayuda bilateral. Esto condujo a una inversión insuficiente en soluciones tecnológicas, como las plantas de desalinización, que siguen siendo prohibitivamente caras para su uso en la agricultura, un sector que representa el 70% de las extracciones de agua dulce. La cooperación internacional tampoco vendrá al rescate. Si bien las negociaciones internacionales sobre el clima y la biodiversidad, conocidas como Conferencias de las Partes o COP, están ganando terreno, la COP centrada en la desertificación sigue siendo ignorada. La última, en mayo de 2022, no tuvo avances significativos. Y otras iniciativas globales, como la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, no harán mella en el estrés hídrico este año”, señala el documento.
Al respecto, Eurasia Group advierte: “La política del agua requiere una transición de la crisis a la gestión del riesgo. Ese cambio no se materializará en 2023, lo que dejará a los inversores, las aseguradoras y las empresas privadas descubrir cómo manejar este desafío por su cuenta”.