La cantidad de ayuda que llega a Gaza ha caído al nivel más bajo desde diciembre, según muestran las cifras oficiales israelíes, a pesar de que Estados Unidos emitió un ultimátum de 30 días el mes pasado amenazando con sanciones si no aumentaban los suministros humanitarios que llegaban al territorio palestino, informó este lunes el diario británico The Guardian.
El periódico recordó que el ultimátum se entregó el 13 de octubre, por lo que expirará este martes o miércoles. No está claro qué medidas desencadenará el aparente incumplimiento por parte de Israel de las exigencias de Estados Unidos, pero podrían incluir una suspensión temporal del suministro de algunas municiones u otra asistencia militar, indicó el medio.
En una aparente concesión de último momento, las autoridades israelíes anunciaron el lunes una ampliación de la “zona humanitaria” designada, añadiendo áreas interiores que podrían aliviar parcialmente el intenso hacinamiento y permitir que algunas personas desplazadas se alejen de la costa a medida que se acerca el invierno.
Las estadísticas publicadas por el Cogat, la autoridad militar israelí encargada de coordinar la ayuda humanitaria para Gaza, muestran que solo 25.155 toneladas de ayuda alimentaria ingresaron al enclave en octubre, menos que en cualquier mes completo desde diciembre de 2023. Solo 8.805 toneladas de ayuda han cruzado los puestos de control israelíes hacia el territorio en lo que va de mes.
En octubre, se permitió el paso a Gaza de una media de 57 camiones al día, una cifra muy inferior a los 350 camiones diarios que exige Estados Unidos y los 600 que, según las agencias de ayuda, son necesarios para cubrir las necesidades básicas. Hasta ahora, sólo 624 camiones han entrado en el territorio en noviembre, según las estadísticas del Cogat.
La semana pasada, un comité mundial de expertos en seguridad alimentaria conocido como IPC advirtió sobre una “fuerte probabilidad de que la hambruna sea inminente en áreas” del norte de Gaza. Pero el Cogat negó que hubiera riesgo de hambruna y afirmó que las proyecciones anteriores del IPC habían resultado incorrectas y se basaban en datos parciales y sesgados.