“Mi consejo para cualquiera a quien le ofrezcan la vacuna es que la reciba. Si yo he podido a mis 90 años, tú también puedes”. Margaret Keenan, quien la próxima semana cumple 91 años y se jubiló de forma definitiva hace tan solo cuatro, se convirtió ayer en la primera paciente del mundo en recibir la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer/BioNTech tras el inicio de la campaña de inoculación en Reino Unido, la misma que el ministro de Salud británico, Matt Hancock, bautizó como “Día V”, de vacuna... o victoria.
La imagen de Maggie recibiendo la dosis del fármaco cerca de las 06.30 en Coventry, Inglaterra, emocionó a Hancock, quien consideró el momento como “un triunfo de la ciencia y la humanidad”. Y es que Reino Unido, el país más castigado de Europa por la pandemia, con más de 62.000 muertes confirmadas, fue la primera nación occidental en autorizar el uso de una vacuna contra el Covid-19.
Pero el propio Hancock reconoció que aún “hay mucho trabajo por hacer”. “Tenemos que seguir unidos y respetar las reglas”, recalcó. Su advertencia llegó justo en momentos en que los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) mostraron que Reino Unido ha registrado el mayor número de decesos semanales por coronavirus desde el 15 de mayo: un total de 3.040 muertes registradas en Inglaterra y Gales en la semana que terminó el 27 de noviembre mencionaron al Covid-19 en el certificado de defunción.
Un dato que va en línea con una investigación realizada por el diario español El País, que da cuenta de una tendencia sombría: La segunda ola de Covid-19 ya ha provocado más muertes en Europa que la primera. Desde el 1 de agosto hasta el 6 de diciembre, la enfermedad se ha cobrado en los 27 países de la Unión Europea 152.216 vidas, por encima de las 136.176 de la primera ola (del 1 de marzo al 31 de julio), según muestran los datos analizados a partir de las estadísticas del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y de la Universidad Johns Hopkins. El trágico precedente de la gripe española de 1918 se ha repetido en la Unión Europea, destacó el periódico.
Por ello, en medio de este dramático balance, los nuevos informes que refuerzan la eficacia y seguridad de las vacunas más adelantadas permiten alimentar esperanzas de que exista “luz al final del túnel”, como ha dicho Maria Van Kerkhove, directora técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Covid-19.
Coincidiendo con el inicio de la campaña de inoculación en Reino Unido, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) destacó que ya con la primera dosis, la vacuna de Pfizer/BioNTech es efectiva en un porcentaje superior al 50%. A los siete días de la segunda dosis, la eficacia se eleva al 95%.
En tanto, la revista médica The Lancet acaba de publicar los resultados de la última fase de ensayos de la vacuna diseñada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, antes de su aprobación sanitaria. Basados en el análisis de pruebas con casi 12.000 participantes en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, confirman lo adelantado hace unas semanas y ahora revisado por otros científicos: la eficacia del tratamiento con dos dosis alcanza al 70,4% a los 14 días de la segunda aplicación. Y se ratifica que esta sube hasta el 90% en aquellos voluntarios que recibieron media dosis en la primera inyección.
Si bien el autor principal del estudio del fármaco de Oxford, el profesor Andrew Pollard, destaca que “el control de la pandemia solo se logrará si la licencia, la fabricación y la distribución de estas vacunas se pueden conseguir a una escala sin precedentes y la vacunación se extiende a las personas vulnerables”, la propia OMS ha advertido que “disponer de las vacunas no implica acabar con el Covid-19”.
“Los casos y las muertes continuarán y tenemos que ser claros en ello, pero su número estará en gran medida en nuestras manos. Las vacunas serán un elemento importante de nuestra caja de herramientas, pero vacunas no significan cero Covid porque no pueden hacer por si solas todo el trabajo”, aseguró el doctor Mike Ryan, responsable de emergencias de la OMS, quien ha pedido que se entienda que no todo el mundo podrá ser vacunado el próximo año.