Durante la noche del domingo parecía un trámite. Reunirse al día siguiente con el Presidente de la República, Sergio Mattarella y luego anunciar el esperado nuevo gobierno que pondría fin a más de dos meses de bloqueo y de una larga lista de intentos fracasados. La única duda que planteaba el director del Corriere della Sera aquella noche en una entrevista, no era si habría gobierno, sino quién lo dirigiría: una persona de la Liga o una de Movimiento 5 Estrellas (M5S). Pero haciendo honor a la tradición de la política italiana, marcada por la inestabilidad -más de 65 gobiernos desde el fin de la segunda guerra-, todo pareció "quemarse" o al menos retrasarse.

"¿Acuerdo o elecciones? Acuerdo para elecciones", era la broma del día ayer en Italia, porque el anunciado pacto entre nacionalistas y populistas volvía a estar en duda, aunque ni el líder del M5S, Luigi di Maggio, ni Matteo Salvini de la Liga daban por muerto la posibilidad de llegar finalmente a buen puerto. Ocurrió que, según la prensa italiana, ambos sólo pidieron un poco de tiempo para cerrar el pacto. "Se trata de un contrato para dirigir el gobierno por los próximos cinco años y para eso es importante tomarse el tiempo necesario", dijo Di Maggio al salir de la cita con el Presidente.

Los nudos del eventual acuerdo son la forma de abordar el tema de la inmigración y las medidas económicas. En el primer punto el líder de la Liga fue claro en señalar que están incluso "muy lejos" de un acuerdo, aunque agregó que "estamos haciendo todo lo posible para alcanzarlo, si bien no es fácil".

Ambos partidos coinciden en aumentar los controles para la llegada de inmigrantes. Sin embargo, Salvini mantiene una posición más dura. "Debemos tener las manos libres para garantizar la seguridad de los ciudadanos", dijo ayer.

En el plano económico, la tensión se debe a los costos que tendría consensuar las promesas hechas por uno y otro partido durante la campaña electoral.

Mientras la Liga de Salvini prometió establecer un impuesto fijo de 15%, el M5S pretende crear un subsidio de 780 euros -cerca de 550 mil pesos- para los desempleados, lo que tendría un costo de 78 mil millones de euros. Pese a ello, Giacinto della Cananea, a quien Di Maggio pidió elaborar el acuerdo aseguró que "hay diversas áreas de convergencia, partiendo por poner el cambio político en el centro del debate".

Otro de los puntos de convergencia de los que habla Della Cananea está en la forma de relacionarse con Europa. Ambos líderes comparten la necesidad de pedir más libertad para el gobierno para manejar la política interna y no estar sujeto a los dictámenes de Bruselas.

"Horas o días"

Por ello, de concretarse finalmente el pacto hay coincidencia que las relaciones con la Unión Europea enfrentarán un período complejo. Por ahora, sin embargo, el posible pacto está aún pendiente. Di Maggio en todo caso habla de "días" para alcanzarlo y Salvini de "horas". Pero hoy son más las dudas que las certezas en Italia.

Una de las preguntas que ronda en la prensa en Roma es quién sería el nombre de la persona que dirigirá una eventual administración M5S-Liga. El domingo se aseguraba que Salvini y Di Maggio ya habrían consensuado un nombre, aunque éste se mantenía en estricto secreto.

Por ello, además, habrían decidido comunicarle el domingo al Presidente que estaban listos para concretar el pacto. Sin embargo, el fracaso de ayer volvió a dejar en duda esa posibilidad. Y así, quien dirigirá eventualmente un gobierno que sería inédito en la historia italiana seguía siendo un misterio.