Las tensiones provocadas por la inminente divulgación de un polémico memorando confidencial sobre la vigilancia del FBI a la campaña presidencial de Donald Trump, en medio de la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016, se agudizaron este jueves entre el mandatario estadounidense, la agencia federal de investigación y el Partido Demócrata.
El propio Departamento de Justicia y los demócratas han presionado al Mandatario para que no publique el documento, alegando que podría dañar la seguridad nacional y confundir a los ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, un funcionario de la Casa Blanca dijo que el Congreso probablemente sería informado este viernes de la decisión. Y agregó que Trump estaba "satisfecho" con la idea de publicarlo.
El centro de esta nueva controversia es este documento de cuatro páginas elaborado por el equipo del titular del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Devin Nunes. Citando a personas que han leído el texto, el diario The New York Times señala que el memo se centra en la solicitud de una orden en 2016 para intervenir el teléfono de Carter Page, entonces un funcionario de la campaña de Trump que había viajado a Moscú en junio de ese año y estaba planeando regresar en diciembre.
El documento criticaría al FBI por haber abusado de su autoridad respecto de las vigilancias. Esto porque en la solicitud de la orden se incluyó información entregada por el ex agente de inteligencia británico Christopher Steele -que escribió un famoso dossier lleno de detalles sórdidos, no verificados sobre Trump- sin explicar al juez adecuadamente que los demócratas financiaron la investigación de Steele.
Rod Rosenstein, el "número dos" del Departamento de Justicia, que tenía autoridad sobre la investigación del FBI acerca de la trama rusa, fue quien solicitó a un juez efectuar ese espionaje a Page. En todo caso los medios advierten que es virtualmente imposible que el FBI haya confiado en solo una información no verificada de Steele para obtener el permiso de vigilancia.
Según el diario The Washington Post, los republicanos van a intentar usar esa información para retratar el monitoreo a Page como una estrategia política de Hillary Clinton y los demócratas, sembrando así dudas sobre la integridad de la investigación sobre la injerencia rusa en la campaña presidencial de 2016.
En ese sentido, Trump continúa diciéndole a sus cercanos que cree que el memo podría ayudar a desacreditar la investigación que lleva adelante el fiscal especial Robert Mueller, según dijeron distintas fuentes a la cadena CNN. A su juicio, el memo es una prueba de que la comunidad de inteligencia lo está atacando de manera injusta.
En todo caso, el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, advirtió el martes que la divulgación del memo es un "asunto completamente aparte de la investigación de Mueller" y que "se debería dejar que ésta siga su curso".
Los demócratas hicieron su contraataque. El representante Adam Schiff dijo en una carta a Nunes, que los miembros demócratas habían descubierto cambios que fueron hechos después de que se tomó la decisión de enviar el memo a Trump. Por lo que la Casa Blanca ha estado estudiando un documento cuya difusión pública nunca fue aprobada por la comisión.
A la posible divulgación del memo se sumó la renuncia anticipada el lunes del subdirector del FBI, Andrew McCabe, quien fue criticado por Trump y los republicanos de supuestamente actuar en favor de los demócratas en la investigación sobre los correos de Hillary Clinton. Es más, según la revista The Atlantic, el memo tendría duros comentarios sobre el liderazgo del FBI y eso apunta a McCabe.