Una investigación independiente concluyó que el presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, no cometió faltas graves en una relación íntima con una funcionaria, pero que violó su código ético al no ejercer “buen juicio”.
Los resultados de la indagación, iniciada a fines del año pasado a raíz de una denuncia contra Almagro, se recogen en un informe de 121 páginas distribuido de forma confidencial a los Estados miembros de la OEA este lunes, pero que aún no se ha hecho público.
Las acusaciones contra Almagro, que cuenta desde hace tiempo con el respaldo de Estados Unidos, habían suscitado dudas sobre el futuro liderazgo de la OEA, el mayor organismo multilateral del hemisferio occidental.
La investigación, realizada por el bufete de abogados Miller & Chevalier Chartered de Washington, instaba a la organización a actualizar y revisar sus políticas éticas. El informe no llega a afirmar explícitamente que Almagro haya sido exonerado de todas las acusaciones que se le imputan ni hace ninguna recomendación específica sobre él.
“El reporte me exonera de cualquier responsabilidad”, dijo Almagro, quien leyó las conclusiones y contestó a Reuters en un correo electrónico. “Acepto y valoro especialmente las recomendaciones”.
Frank Mora, embajador de Estados Unidos ante la OEA, dijo en un comunicado que el informe “parece ser exhaustivo y justo” y que espera “trabajar en colaboración para aplicar las recomendaciones”.
Almagro hizo pública la relación en una cumbre de la OEA celebrada en Lima en octubre, insistiendo en que no había hecho nada malo y acogiendo con satisfacción cualquier investigación. La empleada, cuyo nombre no se menciona en el informe, ha estado de baja sin sueldo desde mediados de 2022, dedicando su tiempo a estudios académicos. Ambos rompieron el año pasado.
La investigación determinó que Almagro no violó las normas de la OEA sobre “supervisión de personal, decisiones salariales, intimidación, viajes o conflicto de intereses” y no ejerció “abuso de poder” en relación con la empleada, según la versión en español del informe.
El reporte concluye que el trabajo de la empleada era supervisado por otras personas y que Almagro no intervenía en sus ascensos o aumentos de sueldo.
Los investigadores concluyeron, sin embargo, que Almagro “violó las normas y reglamentos relativos a las disposiciones de sentido común y buen juicio” y contravino algunas “responsabilidades éticas adicionales”.
Además, el informe determinó que la relación había incomodado a algunos subordinados de Almagro y le reprochó no haber disipado la percepción errónea de que era una asesora cercana. El informe también señala que cometió una “transgresión” ética al permitirle trabajar en estrecha colaboración con él mientras mantenían una relación sentimental.
El Consejo Permanente de la OEA podría reunirse a finales de esta semana para debatir el asunto.