En las cumbres de los principales líderes globales suelen haber declaraciones de buenas intenciones, acuerdos que luego se diluyen y anuncios rimbombantes. Pero en ocasiones también hay sorpresas, pactos de alta relevancia y conversaciones de alta tensión. Parte de aquello ocurrió el fin de semana durante la cumbre del G7 en Biarritz, Francia, un encuentro dominado por el debate por los incendios en la Amazonía, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y, sorpresa, un invitado inesperado: Irán.
Viaje relámpago
Si en otras cumbres el golpe de efecto lo había dado Donald Trump, esta vez fue el anfitrión, Emmanuel Macron. Fiel a la doctrina de De Gaulle y Mitterrand, aquella que propugna a Francia como una potencia de "equilibrio", el gobernante francés invitó al ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, justo en momentos de extrema tensión entre Teherán y Washington. Esto, después de que el gobierno de Trump abandonó el pacto nuclear firmado con Irán en 2015.
Francia anunció que Trump estaba al tanto de la visita de Zarif, pero el Presidente estadounidense intentó bajarle el perfil.
El mandatario republicano había sido previamente criticado por algunas potencias europeas por su política de asfixiar la economía iraní mediante sanciones. Así, Macron ha instado a EE.UU. a ofrecer algún tipo de alivio a Irán, a cambio de que ese país cumpla con las condiciones del pacto, según consignó la agencia France Presse. Trump, por su parte, negó haber discutido sobre un mandato del G7 a Macron para hablar con Irán.
Sin embargo, un funcionario francés citado por la agencia The Associated Press dijo que Macron y Trump se reunieron durante dos horas el sábado y dialogaron ampliamente sobre el tema de Irán.
Rusia: el gran ausente
En la antesala de la cumbre, Macron se reunió con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en un intento por acercar a la Unión Europa a Moscú. Rusia fue excluida del G8 en 2014 tras la anexión de Crimea y Trump reconoció días atrás que es posible que invite a Putin a la próxima cumbre del G7 que tendrá lugar en Estados Unidos.
Según el diario británico The Guardian, Trump se enfrentó a sus pares del G7 presencialmente por Rusia. De acuerdo con esta versión, este tema se trató durante la cena la noche del sábado, en la que el mandatario estadounidense habría insistido en que Rusia debe ser reincorporada. Sin embargo, entre los presentes en la mesa, sólo el primer ministro italiano en funciones, Giuseppe Conte, mostró cierto apoyo a la idea de Trump, mientras que el premier japonés, Shinzo Abe, se mostró neutral.
Así, los siete miembros del club de las democracias industrializadas (EE.UU., Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Japón y Canadá) sólo acordaron "reforzar el diálogo y la coordinación" con Moscú, pero coincidieron en que era "demasiado pronto" para debatir su retorno al foro.
El factor China
Otro de los temas sobre la mesa fue la guerra comercial entre EE.UU. y China. Trump excluyó cualquier tipo de señal hacia Beijing y dijo que "lamenta no haber subido más los aranceles" a los productos chinos.
Según consignó la agencia Reuters, "Trump levantó las cejas durante una reunión con el primer ministro británico, Boris Johnson, al contestar afirmativamente a las preguntas de los periodistas sobre si tenía dudas acerca de la subida de aranceles en 5%".
"Nadie me ha dicho eso", respondió Trump cuando le preguntaron sobre si sus pares en el G7 le pidieron poner fin a la tensión con China. A su vez, el secretario del Tesoro de EE.UU.. Steven Mnuchin, dijo que Trump tiene toda la autoridad para obligar a las empresas estadounidenses a dejar de hacer negocios en China, pero destacó que aún no lo ha hecho.
Al mismo tiempo, la canciller alemana Angela Merkel intentó poner paños fríos al señalar que se estaba tratando de encontrar soluciones a la guerra comercial, con el objetivo de que "todos los países se beneficien. Eso es posible y ganaremos todos".
Amazonía
En lo que sí hubo acuerdo fue en ayudar a los países afectados por los incendios en la Amazonía, en especial a Brasil y Bolivia. Los líderes del G7 pactaron actuar "lo más rápido posible", tanto a través de "medios técnicos" como "financieros".
En este punto, Macron volvió a tomar la palabra y rechazó las críticas del gobierno de Jair Bolsonaro sobre una supuesta intromisión en asuntos internos de otros países. "Estamos estudiando una ayuda, sobre todo logística", explicó Merkel.
Sebastián Piñera, el único Presidente sudamericano presente en la cita global, anunció que Macron y los líderes del G7 le pidieron que "colaboremos para poder unir fuerzas en la lucha para conservar y proteger los bosques lluviosos de la Amazonía". Horas después, el Presidente de Colombia, Iván Duque, anunció que se encuentra trabajando con el mandatario chileno para apoyar a Brasil tras la crisis por los incendios.
Bolsonaro, por su parte, agradeció a través de su cuenta de Twitter el apoyo internacional "para superar una crisis" en la Amazonía. Eso sí, el ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, calificó a Macron de "canalla oportunista" luego de que el Presidente francés amenazara con no firmar el acuerdo entre la UE y el Mercosur si Brasilia no cumple sus compromisos con el medioambiente.
Brasil desplegó hoy dos aviones Hércules C-130 en el marco de un operativo militar para apagar los incendios.
El Brexit
Quien también mostró sus cartas fue el primer ministro británico Boris Johnson, en su debut en una cumbre global. El premier insistió en que Londres se irá con o sin acuerdo el próximo 31 de octubre. Pero también Johnson recibió un fuerte espaldarazo de Trump. "Él no necesita consejo, es el hombre adecuado para hacer el trabajo", afirmó el mandatario estadounidense respecto de su par británico.
Además, el Presidente norteamericano prometió un gran tratado comercial con Reino Unido una vez que abandone la Unión Europea.