A medida que se intensifica la batalla entre Israel y Hezbolá, Estados Unidos y Occidente buscan caminos para evitar que el conflicto se convierta en una guerra regional más amplia, en la que Irán, el principal aliado del grupo chiita libanés, jugaría un rol clave, aunque hasta ahora existe el consenso de que ha mostrado “moderación”.

En este sentido, los conservadores de línea dura iraníes han manifestado su preocupación por la falta de acción de su país frente a los ataques israelíes contra Hezbolá en Líbano. Según el diario Financial Times, ante estos cuestionamientos, Teherán se ha apresurado a tranquilizar al grupo chiita sobre su compromiso de seguir respaldándolos.

Desde el derrocamiento del sha en 1979 y la instauración de la República Islámica, Irán ha intentado extender su influencia por toda la región y ha prometido destruir a Israel. Ha construido una red de aliados a los que financia, arma y apoya, pero que no controla por completo, como Hamas y la Yihad Islámica en Gaza y Cisjordania; los hutíes en Yemen; los musulmanes chiitas en Irak y los alauitas en Siria; y Hezbolá en el sur del Líbano, que se cree está equipado con más de 150.000 misiles y cohetes, con capacidad para alcanzar todo Israel.

Irán tiene misiles avanzados y drones, y Estados Unidos ha afirmado anteriormente que Teherán también proporciona hasta 700 millones de dólares en fondos anuales.

El sistema de defensa antimisiles Iron Dome de Israel intercepta un ataque con cohetes lanzado desde Líbano, el 26 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

Así, el apoyo iraní ha sido fundamental para la transformación de Hezbolá en la fuerza armada y actor político más poderoso del Líbano desde que Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) ayudó a fundar el grupo en la década de 1980, explicó la cadena BBC.

El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, se dirigió a la Asamblea General de la ONU el martes y en su discurso criticó la guerra de Israel en Gaza y advirtió que sus ataques al Líbano no podían quedar sin respuesta. Pero el mandatario, que fue elegido en julio, adoptó un tono más conciliador que sus predecesores de línea dura, evitando la retórica sobre la aniquilación de Israel. “Buscamos la paz para todos y no tenemos intención de entrar en conflicto con ningún país”, afirmó.

De hecho, el mandatario ha dicho que su país quiere marcar el comienzo de una “nueva era” en política exterior y volver a comprometerse con Occidente para aliviar las sanciones a la república islámica y reparar la economía.

Sin embargo, si Irán se abstiene de intervenir directamente en el conflicto de Hezbolá con Israel, corre el riesgo de enviar una señal a otras milicias aliadas en la región de que, en tiempos de crisis, la República Islámica puede priorizar su propia supervivencia e intereses sobre los de ellos. Esto podría debilitar la influencia y las alianzas de Irán en la zona, indicó la BBC.

Según los analistas consultados por The New York Times, “Irán se ha negado hasta ahora a dejarse incitar por Israel a una guerra regional más amplia, algo que su líder supremo, Alí Jamenei, claramente no desea”.

Una soldado israelí usa su teléfono en el lugar donde un cohete lanzado desde Líbano hacia Israel impactó una casa residencial, en Rosh Pina, norte de Israel, el 26 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

“La decisión de Israel de intensificar su ofensiva contra Hezbolá, el representante regional más importante de Irán, se ha convertido hasta ahora en la mayor prueba para determinar si el régimen puede seguir adelante con esta nueva táctica”, escribió el Financial Times. Y señaló que Teherán ha tenido que enviar emisarios a Beirut para disipar los temores de que hubiera abandonado a Hezbolá, según personas familiarizadas con el asunto que hablaron con el diario, tras una serie de golpes devastadores, incluidos los ataques aéreos más letales de Israel en Líbano en décadas.

Un alto funcionario del régimen dijo al Financial Times que Teherán ha estado trabajando para “disipar sus preocupaciones”, enfatizando que la decisión de Irán de no intervenir para apoyar a Hezbolá tenía propósitos específicos a corto plazo. “Lo que estamos presenciando es un cambio de táctica, más que un cambio en nuestra estrategia central hacia el eje de la resistencia“, indicó al diario la fuente que es cercana a los reformistas. “Inevitablemente, algunos asuntos importantes se están dejando de lado para atender a otros más urgentes, al menos temporalmente. Este es el precio que se paga cuando se ajusta el enfoque en la batalla”.

Irán “quiere restablecer la disuasión contra Israel y al mismo tiempo evitar una guerra a gran escala entre los dos países que podría involucrar a Estados Unidos y, en combinación, destruir a la República Islámica en casa”, escribió The New York Times.

Según los expertos, Teherán quiere preservar a los representantes que proporcionan lo que llama defensa avanzada contra Israel -Hezbolá, Hamas y los hutíes en Yemen- sin entrar en batalla en su nombre. Y tiene intenciones de que se levanten algunas de las duras sanciones económicas que pesan sobre su país reanudando las negociaciones nucleares con Occidente y preservando al mismo tiempo sus estrechas relaciones militares y comerciales con los principales adversarios de Washington: Rusia y China.

Partidarios del líder del Hezbolá libanés Sayyed Hassan Nasrallah se reúnen para ver su discurso durante una ceremonia en honor a los combatientes muertos en la reciente escalada con Israel, en los suburbios del sur de Beirut, Líbano, el 3 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

“Los fundamentos no han cambiado para Irán”, dijo a The New York Times Ali Vaez, director del Proyecto Irán del International Crisis Group. “Irán no quiere en absoluto involucrarse en una guerra más amplia en la región”, añadió. Explicó que esa era probablemente una de las razones por las que Irán hasta ahora no había tomado represalias por el asesinato del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, mientras estaba en Irán para asistir a la toma de posesión de Pezeshkian.

Las hostilidades entre Irán e Israel se han intensificado tras el ataque de Hamas del 7 de octubre. En abril, Irán lanzó el primer ataque directo contra Israel desde territorio iraní, disparando más de 300 drones y misiles, después de un ataque israelí contra el complejo de su embajada en Damasco, Siria, en el que murieron altos comandantes. Pero Irán no respondió tras el asesinato del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, a pesar de haber prometido vengar su muerte.

El periodista israelí Barak Ravid, del sitio de noticias estadounidense Axios, informó el martes que dos funcionarios israelíes y diplomáticos occidentales habían indicado que Hezbolá estaba instando a Irán a acudir en su ayuda atacando a Israel. Los funcionarios israelíes afirmaron que Irán le había dicho a Hezbolá que “no es el momento adecuado”, según Ravid.

La semana pasada, el presentador del programa de televisión iraní por internet Maydan, que se sabe que tiene vínculos con el CGRI, citó fuentes de inteligencia iraníes que afirmaron que Israel también había “llevado a cabo una operación especial el mes pasado, matando a miembros del CGRI y robando documentos”.

Afirmó que a la prensa iraní se le había prohibido informar sobre el incidente, que supuestamente ocurrió dentro de Irán, y que las autoridades estaban tratando de controlar la narrativa. En respuesta, la Agencia de Noticias Tasnim, también vinculada al CGRI, negó las acusaciones, señaló la BBC.