El fiscal general de Irán dijo que el país había disuelto su llamada policía moral y está considerando modificar el requisito de que las mujeres se cubran la cabeza en público, una medida que, según los analistas, tenía como objetivo quitarles apoyo a las protestas antigubernamentales.

Mohammad-Jafar Montazeri describió los pasos el sábado, diciendo que la ley que exige velos, conocidos como hiyabs, estaba siendo revisada por el Parlamento y el Poder Judicial de Irán, y que la policía de la moral había sido abolida, según agencias de noticias dirigidas por el gobierno.

El Presidente Ebrahim Raisi se hizo eco de sus comentarios en un discurso televisado el sábado, diciendo que el sistema islámico de Irán estaba consagrado en su Constitución, pero agregó: “Hay métodos para implementar la Constitución que pueden ser flexibles”.

Las protestas continuaron en Mahabad y Bukan, ciudades de la región kurda de Irán, con incendios y bloqueos de carreteras, según Hengaw, un grupo kurdo de derechos humanos con sede en Noruega.

No está claro si los comentarios de Montazeri reflejan una decisión de alto nivel de los gobernantes de Irán de realizar cambios significativos en el sistema de aplicación de la ley del hiyab o si son propuestas temporales destinadas a ayudar a reprimir las protestas, dijeron los analistas.

El Presidente de Irán, Ebrahim Raisi, gesticula durante el 43º aniversario de la expulsión de Estados Unidos de Irán, en Teherán, el 4 de noviembre de 2022. Foto: Reuters

Atena Daemi, activista de derechos civiles en Teherán, dijo que la policía de la moral ha sido menos visible en la aplicación de la ley del hiyab desde que comenzaron las protestas. Agregó que si las protestas se calmaban, era probable que el gobierno reanudara el uso de la policía o creara otro mecanismo para presionar a las mujeres a cubrirse la cabeza públicamente.

“Continuarán lidiando con aquellos que no usan el hiyab islámico”, dijo, y agregó que no creía en las afirmaciones de que la policía de la moral se había disuelto.

La decisión de disolver formalmente la policía de la moral probablemente involucraría al líder supremo de Irán, Alí Jamenei, quien ha defendido enérgicamente el hiyab obligatorio en los últimos años, y al Consejo Supremo de la Revolución Cultural, un panel gubernamental designado por Jamenei que creó la fuerza policial.

“El problema de la gente con la República Islámica no es solo el hiyab”, dijo Azam Jangravi, quien fue encarcelado en Irán por protestar contra el velo y ahora vive en Canadá. “Incluso si se quitan el hiyab, la gente quiere un cambio de régimen”.

Montazeri dijo que las recomendaciones para cambios en la ley del hiyab se harían a finales de este mes. “Estamos trabajando en el tema del hiyab rápidamente y tratando de emplear una solución inteligente”, señaló.

Afirmó que la disolución de la policía moral, una fuerza establecida en 2005, fue hecha por un comité de funcionarios del gobierno, pero no proporcionó más detalles. Dijo que los tribunales islámicos del país continuarían monitoreando el comportamiento público, según los informes de los medios sobre sus comentarios.

Las leyes en torno a la cobertura de la cabeza de las mujeres provocaron el movimiento de protesta a nivel nacional que comenzó después de la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, quien falleció bajo custodia luego de ser arrestada por la policía moral por usar indebidamente su hiyab. Su deceso conmovió a muchas familias iraníes, cuyos miembros femeninos han sido atacados por oficiales encargados de hacer cumplir los estrictos códigos islámicos de vestimenta y comportamiento del país. Entre los que protestaron había mujeres y hombres conservadores, que se unieron a multitudes de jóvenes laicos que dicen que la aplicación de las reglas a menudo ha sido caprichosa.

Una mujer camina frente a un mural del difunto líder iraní, el ayatola Ruhollah Jomeini, en Teherán, el 7 de julio de 2019. Foto: Reuters

Algunas mujeres han quemado sus hiyabs y evitan usarlos en público desde que comenzaron las protestas. Muchos jóvenes manifestantes dicen que buscan no solo la eliminación del hiyab, sino también derrocar al gobierno teocrático de Irán.

El régimen parece estar probando si tales concesiones podrían lograr un apoyo más amplio para las manifestaciones entre otros iraníes, dicen los analistas.

“Probablemente estén cansados y piensen que algunas pequeñas concesiones superficiales como esta sofocarán el levantamiento en su contra”, dijo Mahsa Alimardani, investigadora principal de Article 19, un grupo de derechos humanos con sede en Londres. “Esta medida ciertamente no detendrá a los manifestantes ni apaciguará a quienes claman por un cambio de régimen completo”.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo que la medida de Teherán podría ser una respuesta positiva a las protestas. “Pero tenemos que ver cómo se desarrolla realmente en la práctica y qué piensa el pueblo iraní”, dijo el domingo en “Face the Nation” de CBS. Cuando se le preguntó si pensaba que esta ley detendría las protestas de meses que las fuerzas gubernamentales han tratado de sofocar, Blinken señaló: “Se trata de ellos y depende de ellos”.

La administración de Joe Biden en septiembre y octubre impuso más sanciones al país a medida que aumentaba el número de muertes, incluidas las de niños, a causa de la represión. Entre los destinatarios de las sanciones se encontraban la policía moral, su liderazgo superior y una serie de otros altos funcionarios iraníes a cargo de las prisiones del país, las fuerzas militares y de seguridad que, según Estados Unidos, son responsables de los presuntos abusos contra los derechos humanos contra los manifestantes.

Una moto de la policía arde durante una protesta por la muerte de Mahsa Amini, en Teherán, el 19 de septiembre de 2022. Foto: Reuters

La policía de la moral ha facilitado la aplicación de la ley del hiyab y otros estatutos que regulan la vestimenta y el comportamiento público de las mujeres desde que comenzaron las protestas, dicen iraníes y analistas. Pero no ha habido ningún anuncio oficial de que se haya disuelto la fuerza policial, aparte de los comentarios de Montazeri.

El apoyo generalizado a las protestas puede obligar al gobierno a abandonar la aplicación de la ley del hiyab en la mayoría de los lugares públicos que no sean edificios gubernamentales, eventos oficiales y otras circunstancias de alto perfil, dijeron analistas.

El apoyo al estatuto del hiyab sigue siendo fuerte entre los hombres conservadores y clérigos, lo que complica cualquier movimiento para eliminarlo por parte de los líderes de línea dura de Irán. Solo unas semanas antes de que comenzaran las protestas, el propio Raisi pidió públicamente una aplicación más estricta de la ley, según informes de agencias de noticias estatales.

Aliasghar Anabestani, miembro conservador del Parlamento, pidió la semana pasada que se nieguen los beneficios del gobierno a cualquier mujer detenida por no usar un pañuelo en la cabeza, según los medios de comunicación iraníes.

Mahmoud Ahmadinejad, el expresidente, hizo más estrictas las leyes y la aplicación del hiyab durante su mandato, de 2005 a 2013, creando la versión moderna de la policía moral y empoderándola.

Sus camionetas blancas se convirtieron en un espectáculo familiar y temido en todo el país. En Teherán, el grupo a menudo realiza controles en áreas concurridas y fuera de las estaciones de Metro y lleva a las mujeres de vuelta al centro de detención de Vozara, un monótono edificio de dos pisos que da a un parque bordeado de pinos frecuentado por familias locales y turistas.

Mujeres iraníes se reúnen para protestar por la muerte de Mahsa Amini durante una manifestación frente al consulado iraní en Estambul, Turquía, el 17 de octubre de 2022. Foto: AP

Las mujeres observadas que no usaban un pañuelo en la cabeza, incluso mientras viajaban en un vehículo, a veces podían ser citadas para ser interrogadas por la policía moral, que enviaba mensajes de texto a sus teléfonos después de rastrear la patente del automóvil.

Sin embargo, su presencia en la calle había disminuido hasta que Raisi asumió el cargo en 2021 y aumentó su agresividad para hacer cumplir el código de vestimenta, según Sanam Vakil, subdirectora del Programa de Medio Oriente y África del Norte en Chatham House, un think tank con sede en Londres. Por esa razón, deshacerse de la fuerza podría ser una opción que incluso los conservadores podrían aceptar.

“Es probablemente la fruta más baja y el cambio más fácil que podría hacer la República Islámica”, dijo. “Leo esto como simbólico y ciertamente no lo suficiente como para reconstruir puentes o aplacar a los manifestantes”.