Irán ha ejecutado a un ciudadano británico-iraní que fue viceministro de Defensa, informó el poder judicial el sábado, desafiando así los pedidos de Londres para que fuera liberado tras ser condenado a muerte acusado de espiar para Reino Unido.
Londres, que había declarado que el caso de Alireza Akbari, de 61 años, tenía motivaciones políticas y había pedido su liberación, condenó la ejecución.
El primer ministro, Rishi Sunak, lo calificó de “acto cruel y cobarde llevado a cabo por un régimen barbárico que no respeta los derechos humanos de su propio pueblo”.
La agencia de noticias iraní Mizan informó de la ejecución a primera hora del sábado, sin precisar cuándo se había producido. A última hora del viernes, el ministro británico de Asuntos Exteriores, James Cleverly, declaró que Irán no debía ejecutar la sentencia, un pedido al que se sumó Washington.
La ejecución aumenta la presión sobre las tensas relaciones de Irán con Occidente, que se han deteriorado aún más desde que las conversaciones para reactivar el acuerdo nuclear de 2015 llegaron a un punto muerto y Teherán desató una represión mortal contra manifestantes el año pasado.
En un audio supuestamente grabado por Akbari y difundido el miércoles por la BBC persa, afirmaba que había confesado crímenes que no había cometido tras haber sido sometido a tortura.
“Alireza Akbari, que fue condenado a muerte por cargos de corrupción en la tierra (...) y espionaje para el servicio de inteligencia del gobierno británico (...) fue ejecutado”, dijo Mizan.
El reporte de Mizan acusaba a Akbari, detenido en 2019, de recibir pagos de 1.805.000 euros, 265.000 libras y 50.000 dólares por espionaje.
Sunak dijo en Twitter que estaba “horrorizado por la ejecución”, mientras que Cleverly afirmó en un comunicado que el hecho “no quedará impune”.
Los comentarios británicos sobre el caso no han abordado la acusación iraní de que Akbari espió para Reino Unido.