La vida para millones de afganos quedó paralizada después de que el domingo la capital del país, Kabul, fuera tomada por los talibanes tras una rápida ofensiva que ahora los tiene controlando prácticamente todo el territorio. En el primer día del gobierno de los insurgentes, las calles permanecen hoy controladas por hombres armados en patrullas, mientras el caos se apodera del aeropuerto de la ciudad donde las escasas tropas internacionales desplegadas intentan controlar la situación.

Dos décadas después de que el régimen talibán fuera derrotado por el Ejército de Estados Unidos, el Presidente Joe Biden anunció a comienzos de julio el retiro de las tropas norteamericanas de Afganistán el próximo 31 de agosto. A juicio de los expertos, esta situación, en conjunto con la salida de las fuerzas de la OTAN, habría generado el escenario ideal para el rápido avance de los rebeldes islámicos. Ante los cuestionamientos internacionales, Biden defendió hoy la retirada de los efectivos estadounidenses del país asiático. “Nuestra misión nunca fue construir una nación”, dijo.

Talibanes toman el control del palacio presidencial en Kabul, el domingo. Foto: AFP

“Fuimos a Afganistán hace casi 20 años con objetivos claros: atrapar a los que nos atacaron el 11 de septiembre de 2001 y asegurarnos de que Al Qaeda no pudiera usar Afganistán como base desde la cual nos atacara nuevamente. Lo hicimos”, apuntó Biden.

Sin embargo, Isaac Caro, académico del Departamento de Política y Gobierno de la Universidad Alberto Hurtado y experto en Medio Oriente, se muestra crítico del rol de Washington en la actual crisis. “El control total de Afganistán por parte de los talibanes representa una derrota para el gobierno de Estados Unidos y, muy particularmente, para sus servicios de inteligencia”, dice el experto en conversación con La Tercera.

Un combatiente talibán registra las maletas de las personas que salen del aeropuerto de Kabul. Foto: AFP

¿Cuál debería ser la reacción de la comunidad internacional frente a la llegada de los talibanes al poder?

Debería existir una reacción rápida e inmediata de la comunidad internacional, representada por el Consejo de Seguridad de la ONU, la Asamblea General de la ONU, la Organización de Países Islámicos, la Unión Europea, frente a la toma del poder de los talibanes. Es fundamental proteger a la población civil y, además, evitar que los talibanes logren expandirse a países vecinos, especialmente a Pakistán, donde ya tiene una presencia importante.

Tras el fin a 20 años de despliegue militar de EE.UU. en Afganistán, ¿el avance de los talibanes es una derrota para el gobierno de Biden?

El control total de Afganistán por parte de los talibanes representa una derrota para el gobierno de Estados Unidos y, muy particularmente, para sus servicios de inteligencia, que fueron incapaces de prever el rápido avance talibán. A pesar de una intervención militar que duró 20 años, considerada como la guerra más larga de Estados Unidos, se ha vuelto de alguna manera a la situación de 2001, cuando gobernaban los talibanes en Afganistán.

Soldados de Francia ayudan en la evacuación de ciudadanos de ese país desde Afganistán. Foto: AFP

En el pasado, Arabia Saudita, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos fueron los únicos en reconocer a los talibanes cuando tomaron el poder en 1996. ¿Es posible que esto vuelva a ocurrir o generaría críticas internacionales?

Un reconocimiento explícito de países como Arabia Saudita, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos u otros, a los talibanes, además de generar fuertes críticas internacionales, podría afectar la alianza de estos países con Estados Unidos. Además, existe una presencia importante de los talibanes en el sur de Pakistán, la que de acrecentarse podría representar una amenaza para el gobierno de Islamabad.

Una de las mayores preocupaciones es lo que ocurrirá con las mujeres y niñas que quedan en Kabul y el resto de Afganistán. ¿Cuáles son los mayores cambios que podrían afectar a la población de ese país en los próximos días?

Los talibanes han sido partidarios de una estricta aplicación de la ley religiosa islámica, sharia, lo que afecta a toda la población civil, pero muy especialmente a las mujeres, las que están sometidas al poder patriarcal y estatal del movimiento, no teniendo por lo tanto ningún tipo de derechos.