Israel, que se retiró de la UNESCO junto con Estados Unidos por presuntos prejuicios en 2019, no tiene objeciones a que Washington regrese, dijo el miércoles el secretario de Estado Antony Blinken.
Cuestionado por los legisladores, Blinken pidió al Congreso que otorgue al Presidente Joe Biden el poder de renunciar a una ley que exige el fin de la financiación estadounidense a cualquier organización internacional, como esta agencia cultural de Naciones Unidas, que reconozca a Palestina como Estado.
“Creemos que tener la autoridad de exención sería importante y necesario, y puedo decir con autoridad que nuestros socios en Israel piensan lo mismo. Apoyarían nuestra reincorporación a la UNESCO”, declaró Blinken ante el Comité de Asignaciones del Senado.
Blinken dijo que Estados Unidos se ha visto perjudicado por su ausencia, señalando el papel de la UNESCO en la educación y el campo emergente de la inteligencia artificial.
“Cuando no estamos en la mesa dando forma a esa conversación y ayudando a dar forma a esas normas y estándares, bueno, alguien más lo hace. Y ese alguien es probablemente China”, dijo Blinken.
Estados Unidos pagaba alrededor del 22%, es decir, 80 millones de dólares, del presupuesto de la agencia con sede en París hasta 2011, cuando su admisión de un Estado palestino provocó el fin de las contribuciones.
Los anteriores dirigentes estadounidenses e israelíes, Donald Trump y Benjamin Netanyahu, se retiraron por completo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ocho años después.
Israel se enfadó por decisiones que incluían el reconocimiento de la antigua ciudad de Hebrón, que alberga lugares sagrados judíos y musulmanes en la Cisjordania ocupada, como patrimonio mundial palestino.
Los defensores del regreso de Estados Unidos afirman que la actual responsable del organismo de la ONU, la exministra de Cultura francesa Audrey Azoulay, ha hecho frente con éxito a las acusaciones de parcialidad.