Este domingo, Israel boicoteó las conversaciones para un alto el fuego en Gaza, que se celebran en El Cairo, después de que Hamas rechazó su petición de una lista completa con los nombres de los rehenes que siguen con vida, informó un periódico israelí.

Una delegación de Hamas llegó el domingo a El Cairo para participar en unas conversaciones decisivas para un alto el fuego en Gaza, consideradas el último paso para llegar a un acuerdo que ponga fin a los combates durante seis semanas.

“No hay delegación israelí en El Cairo”, dijo Ynet, la versión en línea del periódico israelí Yedioth Ahronoth, que citó a funcionarios israelíes que no identificó.

“Hamas se niega a dar respuestas claras y, por tanto, no hay motivo para enviar a la delegación israelí”, agregó el artículo.

Washington ha insistido en que el acuerdo de alto el fuego está cerca y que debería de entran en vigor antes del comienzo del Ramadán, dentro de una semana.

Tras la llegada de la delegación de Hamas, un funcionario palestino dijo a Reuters que el acuerdo “aún no estaba sobre la mesa”. La parte israelí no ha confirmado oficialmente la asistencia de su delegación.

Una fuente informada de las conversaciones había dicho el sábado que Israel podría no ir al El Cairo, a menos que Hamas presente primero una lista completa de los rehenes que siguen con vida, una exigencia que, según una fuente palestina, Hamás había rechazado hasta ahora por considerarla prematura.

En negociaciones anteriores, Hamas ha tratado de evitar discutir el bienestar de los rehenes individuales hasta después de que se hayan establecido las condiciones para su liberación.

Aun así, un funcionario estadounidense dijo a periodistas: “El camino hacia un alto el fuego ahora mismo, literalmente en este momento, es sencillo. Ya hay un acuerdo sobre la mesa. Hay un acuerdo marco”.

Bombardeo en Gaza.

Un posible cese al fuego

Un acuerdo supondría la primera tregua prolongada de la guerra, que ya dura cinco meses, además de una pausa de una semana en noviembre. Decenas de rehenes en poder de los militantes serían liberados a cambio de cientos de detenidos palestinos.

Se incrementaría la ayuda a la asediada Gaza para salvar las vidas de los palestinos, al borde de la hambruna. Los combates cesarían a tiempo para evitar un asalto israelí masivo a Rafah, donde más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza están abarrotados contra la valla fronteriza del enclave.

Las fuerzas israelíes se retirarían de algunas zonas y permitirían a los gazatíes regresar a sus hogares abandonados durante la guerra.

Sin embargo, el acuerdo no satisface la principal exigencia de Hamas de poner fin a la guerra de forma permanente, y dejaría sin resolver el destino de más de la mitad de los más de 100 rehenes restantes, incluidos los hombres israelíes en edad de combatir.

Los mediadores egipcios han sugerido que esas cuestiones podrían dejarse de lado por ahora con garantías de que se resolverían en fases posteriores. Una fuente de Hamás dijo a Reuters que los militantes seguían esperando un “acuerdo global”.

Bombardeo en Gaza.