El jefe del Estado Mayor de Israel, Herzi Halevi, aseguró a las tropas el miércoles que sus ataques aéreos en el Líbano tenían como objetivo destruir la infraestructura de Hezbolá y allanar el camino para una posible incursión terrestre de las fuerzas israelíes.
“Se oyen los aviones sobre nuestras cabezas; hemos estado atacando todo el día”, dijo mientras visitaba la frontera norte del país con Líbano. “Esto es tanto para preparar el terreno para su posible entrada como para continuar degradando a Hezbolá”.
De momento, reservistas y militares israelíes se están agrupando en la frontera norte del país, y el Ejército convocó el miércoles dos brigadas.
Las palabras de Halevi, en medio de un cruce mayor de bombas entre Hezbolá e Israel, y justo el día en que se interceptó un misil en Tel Aviv, ponen aún más tensión en la región. De hecho, contradicen los esfuerzos de la diplomacia israelí, cuyo embajador en la ONU, Danny Danon, aseguró que su país no busca tal guerra.
A pesar de eso, Halevi aseguró que la maniobra de su ejército consistiría en entrar en pueblos del sur de Líbano, con el fin de destruir la infraestructura del grupo chiita libanés. “Para que los israelíes desplazados vuelvan a sus hogares en el norte, estamos preparando el proceso de una maniobra, lo que significa que vuestras botas militares entren en territorio enemigo, entren en aldeas que Hezbolá ha preparado como grandes puestos militares avanzados, con infraestructura subterránea, puntos de reunión y plataformas de lanzamiento”.
Aluf Gordi Gordon, jefe del Comando Norte de las FDI, también apoya esta idea: “la guerra entró en una ‘fase diferente’, debe prepararse para las maniobras terrestres. La operación comenzó con un ataque muy significativo a las capacidades de Hezbolá. A la luz de esto, necesitamos cambiar la situación de seguridad. Debemos estar muy bien preparados para una maniobra y acción”.
Aunque las Fuerzas de Defensa Israelíes ya están mirando al norte, el principal aliado del país, Estados Unidos, preferiría evitar la escalada. Según indicó Axios, el gobierno de Biden está trabajando en una iniciativa diplomática para “pausar” de momento el conflicto entre Israel y Hezbolá, lo que de paso podría servir para una reanudación de las negociaciones por los rehenes de Hamas en Gaza.
Según informó un funcionario israelí al medio norteamericano, las conversaciones diplomáticas habrían empezado este lunes con una llamada entre Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y el ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer. En estos dos días, Washington habría estado discutiendo la idea con Francia, Israel, Líbano y otros países árabes.
Un funcionario israelí señaló a Axios: “Netanyahu ya le dio luz verde a la iniciativa”. El objetivo de estas negociaciones no se limitaría a un alto el fuego en la frontera israelí-libanesa, sino que pretende evitar una guerra más grande, donde el peor de los casos cuenta con Irán como participante. Según el mismo medio, la idea sería dar espacio las negociaciones, permitir a los civiles volver a casa y renovar las negociaciones por Gaza.
“Si Hamas ve que Hezbolá le da una oportunidad a las soluciones diplomáticas, esto motivará a su líder, Yahya Sinwar, a moverse para llegar a un acuerdo”, señaló la fuente israelí.
Si las llamadas entre cancillerías son frenéticas, las cosas tampoco paran en el sur de Líbano, donde Israel anunció haber realizado “bombardeos extensivos” en el valle de la Becá. Además, ahora se ha pasado a atacar Maaysrah, ubicada en la región mayormente cristiana de Keserwan.
Solo hoy, habrían muerto 50 personas a causas de tales ataque, y en total durante la semana de ofensiva han fallecido 550, según el Ministerio de Salud libanés. Por su parte, el canciller de Líbano, Abdalá Bu Habib, indicó que de momento la cantidad de personas que escapan aceleradamente de los bombardeos ha aumentado durante la semana: “Teníamos 110.000 desplazados y ahora esta cifra se está acercando al medio millón”, dijo ministro en un acto del Carnegie Endowment for International Peace.
Una de las grandes noticias el miércoles fue la intercepción de un misil de Hezbolá que se dirigía a Tel Aviv. Esta es la primera vez que el grupo islamista se acerca tanto al centro del poder israelí, y según indicó su dirigencia, la idea era llegar a la sede del comando de espionaje israelí Mossad. En la ciudad sonaron sirenas antiaéreas, que advirtieron a la población del peligro. Hezbolá aseguró que el lanzamiento del misil era un acto de venganza, luego del ataque con detonación simultánea de miles de beepers y walkie takies que el grupo había repartido.
Desde Irán, toda esta situación se observa con preocupación. En plena semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian, ha visto como aumenta la presión en su gobierno para responder a Israel y defender a su grupo aliado.
Considerando los intercambios que han habido entre Irán e Israel, Teherán ha evitado entrar en un conflicto regional mayor. En cambio, como indica el New York Times, el presidente Pezeshkian viajó a Naciones Unidas con la esperanza de presentar una “cara más moderada” al mundo y reunirse con diplomáticos europeos, con la esperanza de reiniciar las conversaciones sobre el programa nuclear de Irán que podrían conducir a un alivio de sanciones vitales para su tambaleante economía.
En su discurso a la Asamblea General, Pezeshkian culpó a Israel de la situación actual: “Es Israel quien busca crear este conflicto total. Nos están llevando a un punto donde no queremos llegar”, dijo. Además, Pezeshkian acusó a Israel de barbarie y se refirió a los representantes de Irán como luchadores por la libertad. Además, habló de “una nueva era” y prometió desempeñar “un papel constructivo”, dispuesto a volver a comprometerse con Occidente en la cuestión nuclear.
Pezeshkian es visto como un moderado en el sistema político iraní, y su victoria en las elecciones presidenciales de este año se considera una señal de que el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, quiere reducir las tensiones dentro de Irán que explotaron en 2022 y fueron exacerbadas por el más duro Ebrahim Raisi, que murió en un helicóptero.
Acompañado en las Naciones Unidas por negociadores experimentados y bien conocidos en Occidente, Pezeshkian está tratando de presentar a su gobierno como moderado, pragmático y abierto a la diplomacia.
Según The New York Times, Irán está viendo una serie de dilemas a resolver: sobre todo, restaurar su poder de disuasión contra Israel, y al mismo tiempo evitar una guerra total entre ambos países, que podría terminar llamando a Estados Unidos a Medio Oriente. De paso, Teherán también busca que Occidente levante algunas de sus sanciones económicas, renovando las negociaciones nucleares.
“Los objetivos fundamentales no han cambiado para Irán. Irán absolutamente quiere evitar una guerra más grande”, aseguró al diario Ali Vaez, director de la rama Irán del International Crisis Group. Según él, este es uno de los grandes motivos por el cual no atacó Israel luego del asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en su propio territorio.
Desde la instalación de la República Islámica en 1979, Irán ha intentado aumentar su influencia en la región a través de una serie de grupos aliados que financia, arma y apoya sin necesariamente controlar: Hamás y la Yihad Palestina por un lado, los huríes en Yemen y Hezbolá en Líbano, entre otros grupos.
Más allá de la guerra actual que Israel tiene con Hamas y Hezbolá, Israel estaría llevando una “guerra más secreta” contra Irán, indicó el New York Times, aludiendo al asesinato de oficiales mayores en el consulado iraní en Damasco.
Suzanne Malonet, una experta en Irán y directora de política internacional de la Brookings Institution, aseguró: “Israel está intentando forzar a Hezbolá a un ataque que produzca una guerra totalmente desplegada, y que permita al país llevar la lucha a la nación que es, realmente, su amenaza estratégica clave: Irán”.