Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han atacado la madrugada de este lunes una serie de objetivos del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en Franja de Gaza en respuesta a un cohete disparado el domingo.
Por cuarto día consecutivo las sirenas de cohetes han saltado en Israel ante los ataques lanzados desde Gaza en las localidades fronterizas de Kissufim y Ein Hashlosha, aunque el sistema antimisiles israelí los ha frenado, según recoge el diario local ‘The Jerusalem Post’.
En respuesta a esta ofensiva, el Ejército de Israel ha atacado cuatro puestos avanzados de Hamás utilizados para el entrenamiento militar, así como un almacenamiento y fabricación de armas y un túnel terrorista subterráneo, ha informado FDI en sus redes sociales.
Por su parte, medios palestinos han avanzado que se han escuchado explosiones en zonas del norte y del sur de la Franja, y que se han lanzado ráfagas con ametralladoras contra aviones de las Fuerzas Armadas israelíes en la ciudad de Rafah. A pesar de lo violento de los hechos, no se reportaron heridos, según indicó el equipo de AFP en Gaza.
Poco antes del lanzamiento del cohete el domingo, el jefe de Estado Mayor de las FDI, Aviv Kohavi, ha advertido de que el Ejército “protegerá la frontera de Gaza y no aceptarán ninguna violación de la soberanía (de Israel) de ningún tipo”.
“Estamos atacando enérgicamente por cada violación y continuaremos para hacerlo, y si aumentan, Hamas y la Franja de Gaza pagarán un alto precio”, resaltó.
“Economía a cambio de seguridad”
El jefe de la diplomacia israelí, Yair Lapid, presentó el domingo un plan para “mejorar” las condiciones de vida de los palestinos en la Franja de Gaza a cambio de un compromiso de “calma” por parte del movimiento Hamás, que gobierna el enclave. “Durante demasiado tiempo, las únicas dos opciones eran conquistar Gaza o la violencia sin fin. Ambas opciones son malas”, dijo Lapid al presentar su iniciativa “Economía a cambio de seguridad” en una conferencia sobre seguridad en Jerusalén.
Esto en el contexto de que este domingo se celebraba el aniversario de la retirada, de forma unilateral, de las tropas israelíes del territorio de Gaza en el año 2005.
En concreto, propuso un plan en dos fases, pero sin negociaciones con Hamás, un movimiento considerado “terrorista” por Israel. En la primera fase, “se repararían las líneas eléctricas, se conectaría el gas y se construiría una planta desalinizadora de agua” en Gaza, un territorio que lleva más de 15 años bajo bloqueo israelí y tiene de media 12 horas de electricidad al día y poca agua potable. A cambio, los islamistas de Hamás tendrán que comprometerse a que haya “calma durante un largo periodo”, añadió Lapid, precisando que, en caso de violencia, la respuesta de Israel será “más fuerte que en el pasado”.
En una segunda fase, se construiría un puerto y un “enlace por carretera” entre Gaza y Cisjordania, así como una nueva zona industrial, explicó. Cisjordania, territorio palestino actualmente ocupado por Israel, es donde tiene su sede la Autoridad Palestina de Mahmud Abas.
El plan, que aún no ha sido adoptado por el gobierno, no pretende resolver el conflicto palestino-israelí, sino “actuar ahora” para “mejorar” las condiciones de vida de los palestinos y “crear mejores condiciones para futuras conversaciones”, según el ministro.
Israel y Hamás se han librado cuatro guerras desde 2008. Cuatro meses después de la última guerra, en mayo, la reconstrucción del enclave aún no ha comenzado, a pesar de los compromisos de varios donantes.