Las autoridades israelíes confiscaron el martes un equipo de cámaras perteneciente a Associated Press (AP), pero luego dieron marcha atrás ante la condena generalizada de grupos de medios de comunicación y las críticas incluso de su aliado más próximo, Estados Unidos.
El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, dijo que había ordenado a los funcionarios que anularan la decisión original y devolvieran el equipo confiscado, a la espera de una decisión del Ministerio de Defensa, que según dijo, deseaba examinar la cuestión.
El Ministerio de Comunicaciones israelí habí acusado antes a la agencia de noticias AP de infringir la ley al proporcionar una emisión en directo a Al Jazeera, a la que impuso una prohibición temporal a principios de mes, acusándola de poner en peligro la seguridad nacional.
La ley, aprobada en abril, permite al gobierno ordenar a las emisoras extranjeras el cese temporal de sus operaciones por motivos de seguridad nacional.
AP declaró en un comunicado que se le había ordenado cerrar una emisión en directo que mostraba una vista de Gaza desde la ciudad israelí de Sderot, y afirmó que la orden no se basaba en el contenido “sino más bien en un uso abusivo por parte del gobierno israelí de la nueva ley de radiodifusión extranjera del país”.
La Casa Blanca calificó el incidente de “preocupante”. La secretaria de Prensa, Karine Jean-Pierre, dijo que la Casa Blanca estudiaría la situación y que consideraba que los periodistas tenían derecho a hacer su trabajo.
A principios de mayo, Israel cerró las operaciones de Al Jazeera, propiedad de Qatar, alegando motivos de seguridad nacional, y dijo que permanecerían cerradas mientras durara la guerra de Gaza