El Gobierno de Italia ha notificado al de China su voluntad de abandonar la nueva Ruta de la Seda que quiere impulsar el gigante asiático, un ambicioso y controvertido proyecto de desarrollo de infraestructuras que ahora Roma no considera una “prioridad” en términos políticos y estratégicos.
La colaboración se remonta al año 2019, cuando las autoridades italianas -entonces de la mano de Giuseppe Conte- firmaron un primer acuerdo que implicaba que, pasados cinco años, Italia se incorporaría por completo al proyecto. Sin embargo, este compromiso expirará en marzo de 2024 sin que se produzca la adhesión definitiva.
Así se lo ha trasladado el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, a Beijing, a través de una carta remitida a la Embajada china en Roma y en la que se deja clara la voluntad del Gobierno por seguir reforzando la colaboración bilateral, según los extractos de la misiva adelantados por el periódico Il Corriere della Sera.
“La Ruta de la Seda no es nuestra prioridad”, ha reconocido Tajani en una entrevista con la agencia AdnKronos en la que ha señalado que el proyecto “no ha producido los efectos deseados”. En este sentido, ha asegurado que quienes no se han incorporado “han obtenido mejores resultados”.
Como ya hiciese en la carta, Tajani ha querido dejar claro que esta ruptura no debe entenderse en ningún caso como una “acción negativa” hacia China, con la que Italia quiere mantener “excelentes relaciones” y trabajar de manera intensa en el ámbito económico y comercial. Italia era el único país del G7 vinculado a este programa.