Puede ser una debilidad o una fortaleza. Pero la poca experiencia política de quien asumirá la Presidencia de Colombia, criticada por muchos, no interesó mayormente a los colombianos. La ciudadanía se inclinó así por una cara relativamente nueva y fresca en la política colombiana: la de Iván Duque.
Este abogado y economista de 41 años venció en la segunda vuelta a su rival de izquierda, Gustavo Petro, en una elección marcada por la polarización y el futuro de los acuerdos de paz duramente criticados por el expresidente Álvaro Uribe. En su carrera política solo figura haber sido senador (2014-2018), en una lista cerrada encabezada por Uribe, en representación del partido Centro Democrático, fundado en 2013 por el ex gobernante.
"Iván Duque creció con unos padres que creyeron mucho en la participación política. Él creció en una ambiente en donde la política fue entendida siempre desde un punto de vista filosófico y práctico", cuenta a La Tercera su amigo y compañero de trabajo en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Felipe Buitrago. "Cuenta la leyenda de su propia madre que él cuando pequeño decía que quería ser centro delantero del América de Cali y que si no, entonces iba a ser Presidente de Colombia", añade.
Tras graduarse como abogado, Duque estudió derecho económico en la American University y gerencia de políticas públicas en la Universidad de Georgetown. Su carrera profesional comenzó en 1999 como consultor en la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina. Luego, por un corto periodo, fue asesor del actual mandatario Juan Manuel Santos cuando éste era ministro de Hacienda, en el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002).
Pero su trabajo más importante fue en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre 2001 y 2013. Durante esos años, en los que ocupó varios cargos en la organización internacional, Duque conoció a quien sería su mentor, como el mismo ha reconocido: Álvaro Uribe Vélez. La relación entre ambos se estrechó al término del gobierno de Uribe, ya que éste reclutó a Duque como su asesor en la ONU. Durante ese tiempo, trabajó en el proyecto de las memorias de Uribe y también el exmandatario fue su profesor asistente en la Universidad de Georgetown.
"Iván Duque es una persona nueva en la política colombiana, su corta carrera política se debe nada menos que al acunamiento y al impulso de haber estado en el partido político de Álvaro Uribe, que yo creo que es la figura política más importante del siglo en Colombia", comentó a La Tercera el analista político y docente de la Universidad de La Sabana de Colombia, Diego Cediel.
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Como senador, Iván Duque aprovechó su oportunidad política e impulsó una serie de medidas legislativas importantes y que irían en línea con su propuesta de "economía naranja", que él mismo ha indicado que "es una economía que combina talento con cultura y propiedad intelectual". En el Congreso fue autor de la ley que aumenta la licencia de maternidad, la ley del uso de cesantías en seguros educativos y una ley que promueve el emprendimiento. Su visión económica se acerca a la de una economía liberal, que promueve la reducción del Estado en la participación del mercado.
En relación a su ideología política, Diego Cediel asegura que "es un fiel defensor de las tesis de Álvaro Uribe", basado en la seguridad democrática, la inversión social y el diálogo cercano con la ciudadanía. Y es su discurso enfocado en seguridad democrática lo ha calado hondo en la ciudadanía, según el analista. "Los fenómenos de inseguridad calan mucho en la ciudadanía para votar por Iván Duque, con una idea de seguridad más policial, porque la gente siente que no se está haciendo nada", comenta.
Así, este hombre casado y padre de tres hijos, logró convencer al electorado colombiano, con un programa enfocado en la lucha contra la corrupción y la criminalidad. "La estrategia con la que ganó fue la misma que ha usado el Centro Democrático desde hace mucho tiempo, con la misma que ganó el plebiscito por un margen muy estrecho", asegura el analista político colombiano Augusto Reyes. "Fue una estrategia de confusión de inyección de miedo en el clima de opinión pública. De consolidación de un discurso, el de que Colombia tiene el riesgo potencial de convertirse en Venezuela si Gustavo Petro llegaba a la presidencia", añade.