Japón presta gran atención a la situación del Covid-19 en China, además de los riesgos derivados de la desaceleración económica mundial, la subida de los precios y las limitaciones de la oferta, según su informe mensual de diciembre.

El informe económico de las autoridades niponas se conoce en un momento en que Japón, la tercera mayor economía del mundo, lucha contra el lento crecimiento mundial y los elevados costos de importación que han lastrado sus exportaciones y la actividad manufacturera.

El gobierno japonés recortó por primera vez en seis meses su previsión sobre la producción de las fábricas ante la pausa de la demanda mundial de semiconductores, pero mantuvo sin cambios su valoración sobre la economía en general al afirmar que estaba “mejorando moderadamente”.

“Si la situación de las infecciones en China afecta a las cadenas de suministro o al comercio, también podría afectar a la economía japonesa y mundial, como ya hemos visto este año”, declaró un funcionario del Ministerio de Economía.

Mientras tanto, Tokio mejoró su perspectiva sobre la confianza empresarial por primera vez en un año para decir que estaba mostrando signos de recuperación. Anteriormente, el gobierno había afirmado que la recuperación de la confianza empresarial estaba en pausa.

Las empresas registraron unas ganancias positivas, y los de los fabricantes se vieron especialmente favorecidos por la debilidad del yen. El apoyo del gobierno a un programa nacional de descuentos en viajes y la reapertura a los turistas extranjeros ayudaron al ánimo empresarial de las empresas no manufactureras.

En otras áreas económicas clave, las autoridades japonesas mantuvieron sin cambios su panorama sobre el consumo privado, afirmando que repuntaba moderadamente.