Japón extendió el jueves un estado de emergencia en Tokio y casi 20 áreas más hasta fines de septiembre, ya que los sistemas de atención de la salud continúan bajo intensa presión a pesar de que los contagios de coronavirus han disminuido ligeramente.

El primer ministro Yoshihide Suga señaló que el número de casos graves sigue siendo elevado, lo que mantiene la presión sobre muchos hospitales.

La emergencia actual, que iba a concluir el domingo, fue emitida en Okinawa en mayo y ampliada gradualmente. A pesar de la prolongada emergencia, las medidas se han tornado menos efectivas, pues el público está exhausto y las está ignorando.

La extensión programada abarca un período en el que el gobierno de Japón se encuentra en transición. Suga no se postulará en la contienda el 29 de septiembre por el liderazgo de su partido, y probablemente su sucesor será el próximo premier.

Su gobierno ha enfrentado duras críticas por las medidas para controlar el coronavirus, las cuales han sido consideradas demasiado tardías y pequeñas para ser eficaces, y por llevar a cabo los Juegos Olímpicos durante una pandemia a pesar de la oposición del público.

El ministro de Economia y Hacienda, Yasutoshi Nishimura, también a cargo de las medidas contra el COVID-19, propuso la extensión del estado de emergencia durante una reunión el jueves, señalando que el número de casos graves sigue siendo alto y aún agobia a muchos hospitales, mientras decenas de miles de pacientes permanecen en sus casas o en instalaciones médicas improvisadas.

“Necesitamos estabilizar los sistemas médicos para asegurarnos que las infecciones se reduzcan de manera constante y alivien la carga sobre el sistema de salud”, dijo Nishimura.

La propuesta es para que 19 de las 21 prefecturas permanezcan en estado de emergencia, mientras que Okayama, en el oeste, y Miyagi, en el norte, donde existe capacidad en hospitales, estarán en un estado de semi emergencia.

En tanto, el gobierno estudia un plan para atenuar las restricciones alrededor de noviembre, cuando se prevea que la gran mayoría de la población esté vacunada en su totalidad. Ello permitiría que las personas completamente inoculadas puedan viajar, reunirse y acudir a eventos multitudinarios.

Hasta el momento, alrededor del 49% de las personas tienen cuadro completo de vacunación y se anticipa que la cifra aumente a 60% para finales de septiembre, declaró Nishimura.

Japón tiene alrededor de 1,65 millones de casos acumulados y 16.500 decesos por la enfermedad.