Japón prolongará este viernes el estado de emergencia por el coronavirus en Tokio y otras regiones e impondrá restricciones en más departamentos debido al aumento de casos, cuando faltan menos de tres meses para los Juegos Olímpicos.
Las medidas de emergencia, menos severas que los confinamientos en otros países, consisten en el cierre temporal de bares y restaurantes que sirvan alcohol, bajo pena de multa, y en instar a algunos comercios, como los grandes almacenes, a bajar las persianas.
El estado de emergencia fue restaurado el 25 de abril en Tokio y otros tres departamentos del oeste (Osaka, Kioto e Hyogo) y se prolongará hasta el 31 de mayo, según la prensa japonesa. Debería de haber terminado el próximo martes.
Se sumarán al dispositivo los departamentos de Aichi (centro) y Fukuoka (suroeste). Los acontecimientos deportivos se celebran por ahora a puerta cerrada.
Japón se enfrenta a una cuarta ola local del coronavirus, con unos 5.300 nuevos casos diarios en promedio semanal.
La magnitud de la pandemia sigue siendo limitada en comparación con otras regiones del mundo, pero la crisis sanitaria agota el sistema hospitalario japonés y la campaña de vacunación avanza muy lentamente.
“No estamos en una situación en la que podamos levantar el estado de emergencia. Creo que debemos extenderlo”, estimó el jueves la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.
En la misma línea, el gobernador de Osaka, Hirofumi Yoshimura, señaló que el sistema médico llega a un “punto de ruptura”.
El nuevo brote de infecciones representa una amenaza para los Juegos Olímpicos de Tokio (del 23 de julio al 8 de agosto), aplazados un año en 2020 debido a la pandemia.
Por miedo de que los Juegos Olímpicos agraven la situación sanitaria en el país, la mayoría de los japoneses se oponen a que se celebren este verano y piden que vuelvan a aplazarse o se cancelen, según todas las encuestas realizadas desde hace meses.
Se ha excluido la asistencia a los Juegos de los espectadores procedentes del extranjero y los organizadores aún no han decidido que pasará con el público residente en Japón.
La situación sanitaria está complicando la realización de las pruebas de los Juegos, así como el relevo de la antorcha olímpica, que comenzó en marzo. Algunos corredores renuncian a participar y muchas etapas se hacen a puerta cerrada.