Dos días después de que Argentina eligiera a su nuevo presidente para los próximos cuatro años, este martes se llevó a cabo la esperada reunión entre el actual mandatario, Alberto Fernández, y su sucesor, Javier Milei, quien asumirá el 10 de diciembre. La cumbre tuvo lugar en la Quinta Presidencial de Olivos, residencia oficial del líder del Ejecutivo en Buenos Aires, y marcó el inicio de la transición desde el kirchnerismo al libertarismo.
Si bien se anunció inicialmente para el lunes, con el pasar de las horas y ante las dificultades para coordinar lugar y condiciones, se pospuso indefinidamente, según anunciaron los involucrados. Sin embargo, la mañana del martes se terminó por concretar. La necesidad de la cumbre, explicó Clarín, se debía a que ambas fuerzas querían entregar una imagen de tranquilidad y no agravar el ya complejo escenario económico previo al cambio de mando.
Poco antes de las 8:30 de la mañana arribó a la residencia Javier Milei, en un vehículo particular. Según confirmaron desde ambos sectores, los dos quedaron satisfechos con los resultados de más de dos horas y media de conversación, y esta se dio de forma “cordial y amable”, finalizando cerca de las 11:00. Según La Nación, se acordó que avanzarán en el traspaso de mando área por área.
“Fue una conversación en muy buenos términos”, detallaron desde el gobierno, según Clarín. “Consideramos que fue una buena reunión”, coincidió la contraparte, de La Libertad Avanza. El propio Alberto Fernández, en diálogo con el canal de televisión colombiano NTN24, explicó superficialmente lo ocurrido. Según el mandatario, no quiere ser un “obstáculo” en la gestión del entrante gobierno. “Si a Milei le va bien, a la Argentina le va bien”, dijo. Y agregó que no se siente “responsable” por la derrota de su ministro de Economía, Sergio Massa, en el balotaje. Junto con Néstor Kirchner, Fernández es otro de los presidentes que, pudiendo presentarse a la reelección, prefirieron no hacerlo.
“Era una reunión institucional, que reclamaba seriedad. Fue una reunión cordial, amable, que se prolongó por más de dos horas donde tocamos temas nacionales e internacionales. Le transmití algunas de mis experiencias, escuché algunos de sus pareceres. Nos dimos opiniones mutuamente, en tiempos que la democracia más lo exige para no hacer traumáticos los cambios”, explicó a la televisión colombiana. “Lo que hablamos entre él y yo queda entre nosotros”, agregó.
Sobre Massa, el mandatario argentino hasta el 10 de diciembre, es decir, en poco más de dos semanas, señaló que “yo no me siento responsable. Lo que creo es que todo el espacio nuestro debe replantearse cosas que no han ocurrido en estos cuatro años (...). Cada uno debe agarrar la cuota de responsabilidad que le cabe”. Y agregó: “Lo que sí es evidente es que no hemos podido sintonizar con mucha gente”.
La visión de Milei fue compartida en el canal de YouTube del periodista Manuel Adorni, quien habló con el electo mandatario. “Fue una charla muy cordial, estuvimos un rato largo hablando. Para mí fue valioso, hablamos sobre cuestiones de la transición, de política interna y de política internacional muy importantes. También de la cuestión social”, dijo el economista libertario. “Obviamente que en algunos aspectos no estamos de acuerdo, pero hemos planteado nuestras diferencias de una manera muy educada”, agregó.
Sobre la experiencia que le puede aportar el diálogo con un presidente en ejercicio, o un expresidente, en el caso de Mauricio Macri, Milei aseveró que “el pragmatismo hace que la interpretación que tiene el otro sobre los hechos, o sea, tengas que considerarla, ¿no? Dentro de tu marco analítico o criterios y valores morales, después lo que manda es el pragmatismo”. En ese sentido, añadió: “Creo que es muy valioso tomar la experiencia de quien ha estado en el cargo y que te cuente cómo la ve. También estoy teniendo un diálogo muy profundo con el presidente Macri, porque aporta mucho desde la experiencia, te genera un valor enorme. Y son cosas que después en momentos críticos ayudan mucho”.
Previo al arribo a la Quinta de Olivos, el vehículo que transportaba a Milei pasó a recoger a Nicolás Posse, mano derecha del electo mandatario y quien suena como posible jefe de gabinete en el entrante gobierno. El economista incluso se tomó el tiempo para bajarse del auto en plena calle para saludar a unos niños en un furgón escolar que gritaban, desesperados, “Te amo, Milei”. Registros televisivos y de los propios niños graficaron el momento.
Del lado de Fernández, lo acompañó el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, y el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos, detallaron medios locales. La foto que luego subieron a redes sociales, ambos con caras adustas y separados por un metro, estuvo enmarcada por un escueto comunicado. “El encuentro se llevó adelante en la residencia presidencial de Olivos, con el objeto de dar inicio al proceso de transición institucional entre los equipos designados por ambos en las distintas áreas de gobierno”, se detalló de manera oficial.
Según pudo recoger La Nación, no hubo ningún pedido especial de parte de Milei. “Hablaron de la visión del Estado, de la economía en general y del panorama internacional”, dijeron desde el entorno libertario. “Se cumplió con lo institucional. Javier siempre dijo que no tiene ninguna intención de empiojar la situación. En esa línea es también que no anticipa los nombramientos en el área económica”, agregaron.
Los medios trasandinos señalaron que Olmos y Posse se reunieron para coordinar equipos de transición de un gobierno al otro, donde el sindicado como posible jefe de gabinete entregó a Olmos una lista de nombres que funcionarán como enlaces de cada área a trabajar que, si bien no significa que ellos serán los nuevos ministros, sí estarán a cargo del diálogo entre la Casa Rosada y el búnker libertario ubicado en el Hotel Libertador.
“Milei transmitió que quiere que el barco llegue a puerto bajo responsabilidad del gobierno, pero dejó en claro que él no quiere hacer olas para no mover el océano”, dijo una fuente con conocimiento de las conversaciones a La Nación.